Desde una audiencia virtual en la corte de Miami-Dade, el reguetonero cubano Chocolate MC soltó una bomba que dejó a todos con la boca abierta: aseguró que su vida corre peligro y que lo quieren silenciar igual que —según él— hicieron con El Taiger, asesinado en octubre del año pasado.
Frente a la jueza Mindy Glazer, el cantante no se guardó nada. Rechazó a su abogado, alegando que está comprado, y afirmó que está más seguro tras las rejas que en la calle. Así, sin anestesia, soltó que lo están pintando de loco para desacreditarlo, cuando en realidad está sacando verdades que podrían “acabar con muchas carreras”.
“Están tratando de hacerme ver como un demente, pero es porque yo estoy diciendo cosas muy grandes, que pueden tumbar a mucha gente”, afirmó el artista, con evidente frustración.
Aseguró que hay un complot en su contra, con gente que ya se organizó para quitarle la vida, al igual que —según su testimonio— ocurrió con José Manuel Carbajal Zaldívar, conocido como El Taiger. “Juntaron billete para meterle un tiro en la cabeza a El Taiger, y están haciendo lo mismo conmigo. Quieren callarme la boca”, declaró sin titubeos.
“Déjenme preso aquí, adentro estoy más seguro que afuera. No me voy a defender. Échenme 200 años si quieren”, dijo, dejando claro que, para él, la libertad es más peligrosa que la celda.
Sin fianza y con orden de alejamiento
La jueza Glazer no se dejó impresionar por el drama y, tratándose de cargos graves como secuestro con arma de fuego, agresión agravada y robo a mano armada, le negó la fianza. Además, le impuso una orden de alejamiento total de la supuesta víctima, incluyendo contacto por redes sociales.
Chocolate fue arrestado el 4 de junio tras una denuncia que lo acusa de haber amenazado, extorsionado y hasta encañonado a un fanático que solo quería tomarse una foto con él. Todo indica que la historia se salió de control y el caso está lejos de cerrarse.
Este no es el único lío legal que arrastra el reguetonero. Ya tiene otros procesos abiertos en la justicia estadounidense, lo que complica aún más su situación. A pesar de todo, se muestra desafiante y convencido de que lo quieren silenciar, no juzgar.
Por ahora, Chocolate sigue encerrado, convencido de que entre rejas está a salvo, y dispuesto a enfrentar lo que venga, incluso si son “200 años” de cárcel. ¿Delirio, verdad o una mezcla de ambos? El tiempo y los tribunales lo dirán.