Una joven de bata blanca, con la voz clara y el corazón en la mano, se robó el protagonismo este jueves en La Habana al plantarse con fuerza frente a ETECSA, la empresa estatal de telecomunicaciones, cuestionando sus políticas con una claridad que retumbó dentro y fuera del aula.
Su discurso, que ha corrido como pólvora en redes sociales, refleja el cansancio acumulado de un pueblo que ya no aguanta más desconexión, más trabas y, sobre todo, más justificaciones vacías.
“ETECSA nació para modernizar las telecomunicaciones, no para vaciarle los bolsillos a la gente”, soltó la estudiante, con voz serena pero cargada de indignación. Aquel salón de la universidad no solo escuchaba a una alumna. Escuchaba a una generación entera.
¿Dónde está el billete?
La joven no se anduvo por las ramas. Cuestionó el uso que se le ha dado a los millones que ha recaudado la compañía en todos estos años, y lanzó una pregunta que dejó a más de uno sin respuesta: “¿Por qué ahora el pueblo tiene que cargar con las consecuencias de su mala administración?”
Según explicó, las nuevas medidas —que limitan las recargas en pesos cubanos mientras privilegian las hechas en dólares desde el exterior— dejan a la mayoría en una especie de limbo digital, donde comunicarse se vuelve un lujo y no un derecho.
Conectarse en Cuba: una odisea
La joven también criticó las “soluciones parche” que ha anunciado la empresa, como poner wifi gratis en escuelas o liberar el acceso a ciertas plataformas educativas. Para ella, eso llega tarde y sabe a poco: “Eso no es la solución, debió haberse hecho desde que el internet llegó a Cuba”, dijo sin medias tintas.
Y en una parte de su intervención que ha tocado fibras sensibles, agregó: “Hoy no hablo solo como estudiante. Hablo como ese abuelo que no puede recargar su línea, como esa familia que depende de una videollamada, como ese joven que ve en internet una oportunidad de futuro. Que esta crisis no se nos convierta en una carga más, por favor.”
En redes: respaldo y orgullo sin filtros
Tan pronto sus palabras salieron a la luz, las redes sociales estallaron en aplausos digitales. Muchos cubanos la felicitaron por tener el valor de decir lo que muchos piensan y pocos se atreven a decir en voz alta.
“Así se habla, con claridad y sin miedo. Lo que no hace la prensa oficial lo dijo una estudiante con más agallas que un noticiero entero”, escribió un internauta.
Otra usuaria, visiblemente emocionada, resumió el sentir colectivo con una frase sencilla: “Pensaban que los jóvenes no pensaban. Ahí tienen la respuesta.”
El gobierno endurece el paso y no cede terreno
Mientras el movimiento estudiantil sigue tomando fuerza en universidades de todo el país, el gobierno ha cerrado filas. En su pódcast semanal “Desde la Presidencia”, Miguel Díaz-Canel, flanqueado por Tania Velázquez, directora de ETECSA, dejó claro que el alza en las tarifas no tiene vuelta atrás.
Para el mandatario, echar para atrás las medidas sería “renunciar a los ingresos necesarios para mantener los servicios”. Y si no se toman estas decisiones, según dijo, el país podría caer en un “colapso tecnológico”.
Tania, por su parte, detalló las consecuencias de ese supuesto colapso: ni llamadas, ni mensajes, ni internet en centros de trabajo o estudio.
El discurso oficial insiste en que hay que “retroceder un poco para acumular lo que hace falta”, aunque para muchos cubanos ese “retroceso” ya se siente como una caída libre.
La juventud cubana no se queda callada
En medio del silencio de los medios estatales, los estudiantes siguen levantando la voz. Ya no se conforman con promesas ni discursos reciclados. Están pidiendo tarifas justas, acceso real a internet y, sobre todo, respeto.
Lo que comenzó como una protesta académica, hoy se ha convertido en un llamado nacional. Porque cuando una generación se planta con firmeza y habla sin miedo, el país entero empieza a escuchar.
Y como dijo aquella estudiante de Medicina —con una claridad que vale más que mil discursos oficiales—: “Somos un país con muchos problemas, pero este no tiene por qué ser uno más.”