Un joven cubano que llegó a Estados Unidos con parole y que hace poco se convirtió en padre, fue detenido por las autoridades migratorias de Florida después de acudir a una cita de inmigración que se suponía iba a acercarlo a su residencia legal.
Este caso ha desatado una ola de solidaridad y ha puesto sobre la mesa las dudas sobre cómo se trata a los migrantes que no tienen antecedentes penales en Estados Unidos.
Lo que empezó como un trámite de rutina terminó en pesadilla. Ariel Lara González llegó por primera vez a este país en 2018. Pasó seis meses entre rejas y lo devolvieron a Cuba, donde se le conocía como activista político. En 2022 volvió a cruzar la frontera por México, esta vez con un parole que lo tenía legal en suelo americano.
Hace apenas dos semanas, Ariel fue a una audiencia migratoria con la esperanza de lograr la residencia. Pero en lugar de buenas noticias, lo arrestaron agentes de ICE. El argumento oficial fue que no han pasado cinco años desde su deportación anterior, algo que, según su defensa, no debería afectar su estatus actual.
“El miedo que se está viviendo en las calles es horrible”, contó Elena, su esposa y madre de su bebé recién nacido, a Univisión. “Él no es un criminal, no es un indocumentado”, subrayó con la voz entrecortada.
El drama de la familia ha conmovido a muchos, sobre todo gracias a un video que la usuaria klyndia.elena subió a Instagram. En las imágenes, la abuela de Ariel, entre lágrimas, ruega por la liberación de su nieto. Lo pinta como un muchacho trabajador, que siempre cumple y que no sabe lo que es meterse en problemas.
“Ese niño se levantaba todos los días a la una de la mañana para irse a repartir mercancía por los cayos. Nunca fallaba. No tiene horario de trabajo”, dijo la anciana, visiblemente afectada. Contó que Ariel es su única compañía y que, aunque está enferma de los nervios, él siempre la llama para asegurarse de que tome sus medicinas.
“Está luchando por su familia y por mí, día y noche. Lo único que pido es que no lo manden de vuelta a un país donde está en peligro”, suplicó la mujer, quien lleva más de dos décadas en Estados Unidos y ya es ciudadana de este país.
“Él no se merece eso, porque no es ningún criminal. ¿Dónde están los derechos humanos?”, soltó con rabia y dolor.
Mientras tanto, Ariel también denuncia que lo han maltratado durante su detención en Florida, donde lo encerraron en aislamiento durante tres días sin explicaciones ni interrogatorios. Ahora mismo sigue preso en Texas, temiendo que lo devuelvan a un país donde su vida corre riesgo.
El abogado Willie Allen insiste en que Ariel tiene derecho a la residencia gracias a la Ley de Ajuste Cubano, ya que entró con parole.
Este caso ha puesto en alerta a los defensores de los derechos humanos y a la comunidad cubana que enfrenta procesos similares. Muchos temen que, aunque tengan estatus migratorio válido, puedan ser deportados por tecnicismos o interpretaciones de la ley que parecen castigar en vez de proteger.
La familia de Ariel sigue pidiendo justicia y exige que se respeten sus derechos como ser humano y como padre.
