En un país donde alzar la voz puede salir caro, un grupo de estudiantes de Derecho de la Universidad de Holguín decidió no callarse más. Armados con la ley en la mano y el corazón en el pecho, presentaron una demanda pública contra ETECSA, la todopoderosa empresa estatal de telecomunicaciones.
La chispa la encendió René Javier, un joven universitario que compartió el documento en su perfil de Facebook. En cuestión de horas, la publicación se volvió viral y desató una ola de apoyo en redes sociales, como si la gente estuviera esperando exactamente eso: alguien que se atreviera.
«ETECSA está violando nuestros derechos»
La demanda es clara como el agua: los estudiantes acusan a ETECSA de imponer tarifas en moneda extranjera sin consultar ni avisar a sus clientes, una jugada que rompe no solo la confianza, sino también varias cláusulas del contrato que la propia empresa establece con sus usuarios.
Pero el reclamo va más allá del simple formalismo legal. Ellos denuncian una violación directa a derechos fundamentales como el acceso a la información, la igualdad y la libertad de comunicación. Para colmo, critican duramente que ETECSA haya sacado una supuesta oferta especial para universitarios, que lejos de ayudar, crea una división social aún más profunda.
Según los estudiantes, esa medida es “clasista y fuera de la ley”, porque solo beneficia a quienes pueden costear servicios en divisas o recibir remesas desde el extranjero. En resumen, Internet se está convirtiendo en un lujo en lugar de un derecho, y eso, dicen ellos, es inaceptable.
Una juventud que ya no se deja manipular
Lo que más ha sorprendido no es solo el contenido jurídico del documento, sino el espíritu valiente y cívico con el que está escrito. Estos muchachos no están jugando. Denuncian que ni la FEU ni la UJC –esas organizaciones que deberían representarlos– se han pronunciado ni los han respaldado en su lucha.
Y van más allá: advierten que cualquier intento de presión, amenazas o sanciones contra ellos será considerado ilegal y punible, según las propias leyes vigentes en el país. Así, sin miedo y con elegancia, dejaron claro que conocen sus derechos… y saben cómo defenderlos.
No es rebeldía: es legalidad
Esta demanda no es un berrinche ni una rabieta juvenil. Es una acción estudiada, documentada y bien armada con fundamentos legales, basada en la Constitución, el Código Civil y el Código Penal cubano. Y lo más poderoso es que no viene desde el exilio ni desde un estudio jurídico extranjero: nace desde dentro de la Universidad de Holguín, desde las mismas aulas donde se enseña el derecho.
En una Cuba donde protestar muchas veces significa arriesgarlo todo, estos estudiantes están mandando un mensaje claro al poder: la juventud está despierta, está informada y está dispuesta a hacer valer la ley, incluso cuando esa ley incomode al sistema.