Lo que era un secreto a voces, ahora está más claro que nunca: la crisis educativa en Las Tunas se está saliendo de control. En el último proceso de ingreso a la universidad, solo 464 estudiantes aprobaron los tres exámenes de rigor: Matemática, Español e Historia de Cuba. Pero lo más alarmante es que más de 600 jóvenes ni siquiera se molestaron en presentarse. ¿Desinterés, desesperanza o algo más profundo?
Durante una conferencia de prensa, la Comisión Provincial de Ingreso soltó cifras que dejaron a más de uno con la boca abierta. La combinación entre estudiantes que no se presentaron y los que reprobaron al menos una materia revela un problema que va más allá de simples calificaciones: hablamos de desmotivación total, falta de preparación y un sistema que ya no parece responder a las necesidades de los jóvenes.
A pesar de esto, las autoridades prefieren pintar el panorama de colores. Dicen que los resultados son “aceptables” porque, entre los que sí aprobaron, el 93.23 % logró entrar a una de sus tres opciones de carrera. Claro, si sólo aprueban unos pocos, repartir carreras es más fácil.
Según los números oficiales, 327 estudiantes obtuvieron su primera opción, 83 la segunda, y 23 la tercera. Pero hay otros 213 estudiantes que suspendieron al menos un examen, y 606 que están “a la espera” porque ni se presentaron. Ahora dependen de las carreras disponibles que nadie escogió. Todo esto fue reportado por el periódico provincial 26.
Aún quedan 1,809 plazas universitarias sin asignar. Carreras como Medicina, Enfermería, Cultura Física, Agronomía y hasta Derecho están sobre la mesa. Pero… ¿de qué sirve tener opciones si los jóvenes no ven futuro en ninguna?
Lo más preocupante es que fuentes como la EIDE (Escuela de Iniciación Deportiva) y los concursos, que antes aportaban buenos aspirantes, ahora registran altísimos índices de reprobación. En algunos casos, nadie aprobó. Aun así, medios oficialistas afirman que “la provincia sigue entre las mejores del país”.
Mientras tanto, el calendario de asignaciones sigue. Los que suspendieron tienen hasta el 10 de junio para llenar planillas; los que no se presentaron tienen hasta el 21. Pero lo urgente no es llenar formularios: es entender por qué cientos de estudiantes sienten que no vale la pena presentarse a un examen.
Este fenómeno no es exclusivo de Las Tunas. En Guantánamo, por ejemplo, solo el 47.2 % aprobó Matemática este año. Y en Sancti Spíritus, casi el 20 % de los universitarios abandonaron sus carreras en 2022. ¿Las causas? Crisis económica, falta de vocación, profesores mal preparados… y un éxodo juvenil que no para.
Para muchos jóvenes, el plan ya no es estudiar, sino emigrar o trabajar para ayudar en casa. ¿Es justo culparlos cuando el país no les ofrece futuro? Tal vez es hora de dejar los discursos optimistas y enfrentar una verdad incómoda: el sistema educativo cubano está colapsando, y los jóvenes ya no creen en él.
