Desde Miami, la actriz cubana Amarilys Núñez se ha unido al coro de voces que aplauden el coraje de los estudiantes cubanos que están plantando cara a ETECSA por su nuevo tarifazo. El monopolio estatal ha vuelto a hacer de las suyas: encareció los paquetes de datos y los dolarizó, dejando a miles de jóvenes sin forma de conectarse ni alternativas reales dentro del país.
Conmovida por lo que está ocurriendo en las universidades cubanas, Amarilys no se quedó en silencio. A través de un comentario en la página de la plataforma feminista Alas Tensas, la actriz expresó su sentir: “Siento un orgullo enorme por estos jóvenes que están levantando su voz. Lo hacen por ellos, pero también por nuestros viejos, nuestros profesionales… ¡por justicia!”
Este gesto de apoyo no pasó desapercibido. Desde Alas Tensas, también alzaron su voz: “El apoyo de figuras como Amarilys Núñez es una llamada a romper el silencio. Los estudiantes no pueden seguir solos en esta batalla.”
Protestas estudiantiles contra ETECSA: el pulso sigue creciendo
Las palabras de Amarilys llegan justo cuando la tensión en las universidades cubanas va en aumento. Estudiantes de varias provincias han comenzado a levantar la voz contra una medida que consideran abusiva, excluyente y profundamente injusta. Las clases se han convertido en foros de debate, se han hecho paros simbólicos, y las redes sociales están que arden con mensajes de indignación y llamados a la acción.
Todo esto ha sido provocado por el nuevo esquema de ETECSA, que exige el pago de servicios en divisas, como si en Cuba todo el mundo recibiera remesas. La mayoría de los jóvenes —y sus familias— viven al día, sin acceso a dólares, ni cuentas en el extranjero, ni milagros.
El arte también protesta: Susana Pérez y la dignidad de decir lo que se piensa
A la voz de Amarilys se suma la de Susana Pérez, otra gran actriz cubana, que desde el exilio también dejó claro que este es el momento de resistir. Con su estilo directo, Susana soltó una frase que ha resonado como eco en muchos corazones: “No se dejen amedrentar, no crean en los cuentos reciclados del poder. El cambio siempre ha empezado en la universidad.”
Y es verdad. Si algo ha demostrado la historia cubana es que la chispa de transformación suele prender en las aulas, en los pasillos de las facultades, donde las ideas se cruzan con la dignidad.
Tarifas por las nubes, salarios por el piso
La nueva política de ETECSA ha puesto contra la pared a miles. Los precios de conectividad superan con creces el salario mínimo en la isla, y ahora que ya no se permiten recargas nacionales, la única forma de estar conectado es teniendo un familiar en el extranjero que mande saldo en MLC. Para la mayoría, eso no es una opción.
Las tarifas han hecho que el acceso a internet se convierta en un lujo, no en un derecho, y en ese contexto, levantar la voz se vuelve urgente, casi obligatorio.
Silencio oficial, amenazas bajo la mesa
Como era de esperarse, el gobierno ha preferido hacerse el sueco. Los medios oficiales apenas mencionan las protestas, y cuando lo hacen, es para deslegitimarlas. Mientras tanto, comienzan a circular reportes de estudiantes presionados por directivos y agentes de la Seguridad del Estado, con amenazas sutiles y no tan sutiles que recuerdan las tácticas usadas tras el estallido del 11J.
Pero esta vez, algo es diferente. La gente está cansada. Los jóvenes están hablando. Y voces del arte, como las de Amarilys y Susana, están dejando claro que el silencio ya no es una opción. Porque cuando un pueblo empieza a hablar, ni el miedo puede apagarlo.