En medio del desorden económico, la tensión social y el desánimo que se respira en Cuba, el reconocido pianista y compositor José María Vitier rompió el silencio con unas palabras que han calado hondo. Sin rodeos, aseguró que el país atraviesa un momento delicado, con pocas salidas claras y muchos riesgos rondando. Pero entre tanto revuelo, dijo haber sentido una chispa de esperanza: la que están encendiendo los estudiantes.
Vitier, que lleva años componiendo melodías para el alma cubana, se desmarcó esta vez del teclado para tocar otra tecla: la del civismo, el compromiso y la audacia que él detecta en muchos jóvenes —y también en no pocos de sus profesores— que hoy se están plantando ante la realidad con una valentía que emociona.
“Esa semilla que empieza a brotar en nuestras aulas no es cualquier cosa”, expresó. Para él, se trata del mismo germen que ha hecho nacer los grandes cambios en la historia de la nación. No es casualidad que mencionara al Seminario San Carlos, aquel sitio emblemático donde se formaron mentes como la de Félix Varela, uno de los pilares del pensamiento y la conciencia cubana. Desde esas aulas, recordó, han brotado muchas de las revoluciones más auténticas de nuestra historia.
El músico también apeló al lazo generacional. Dijo que estos jóvenes son hijos y nietos de quienes un día también soñaron con un país distinto, y que al verlos, se siente como si se asomara el reflejo de una juventud pasada, una que también estuvo llena de utopías, de ganas de cambiarlo todo. Pero ahora, dijo Vitier, hay una diferencia fundamental: “Esta vez, queremos pensar que lo harán mejor que nosotros.”
No mencionó partidos, consignas ni nombres propios. No hacía falta. Sus palabras, compartidas en redes y comentadas en distintos espacios, se entienden como un guiño claro a la conciencia cívica que comienza a florecer en los más jóvenes, quienes en las últimas semanas han comenzado a cuestionar, debatir y levantar la voz frente a decisiones y realidades que antes se aceptaban con resignación.
Vitier no habló de protestas, pero su mirada está puesta en ese espíritu que se está despertando en las aulas y que, como él mismo dice, podría ser el preludio de algo mucho más grande. Algo que, si se cultiva bien, podría convertirse en el principio de una nueva historia para Cuba.
En un país donde cada palabra puede ser leída entre líneas, lo que dijo no es poca cosa. Porque cuando alguien con el peso moral y cultural de José María Vitier habla, hay que escuchar con atención. Y lo que se escuchó fue claro: los jóvenes están despertando, y quizás, solo quizás, esta vez sí sea diferente.