Las voceras oficialistas Arleen Rodríguez Derivet y Bárbara Betancourt se plantaron con firmeza para negar que exista una protesta estudiantil real contra el tarifazo de ETECSA. Según ellas, todo es un invento de los medios independientes, a los que acusan de lanzar “fake news de manual”.
Durante un episodio del podcast Chapeando Bajito, de Cubadebate, las voceras no pudieron evitar admitir que sí hay rechazo y comunicados de estudiantes universitarios. Pero, rapidito, aclararon que todo se está resolviendo “a través del diálogo institucional”.
“Llueven fake news otra vez. Lo que está pasando ahora es una auténtica operación de guerra, solo comparable con la lluvia de mentiras del 11 de julio”, se lamentaron. Para ellas, cualquier imagen de estudiantes protestando es un montaje, incluso si solo se usaron como recurso ilustrativo.
Con la clásica lógica inversa del régimen, apuntaron el dedo acusador a Estados Unidos, asegurando que “en el imperio se gasea con pimienta a los estudiantes que protestan contra el genocidio en Gaza y hasta se les retira presupuesto a universidades como Harvard”. Una forma de decir que allá también reprimen, como si eso justificara lo que pasa aquí.
Lo que más ruido hizo fue la acusación directa de Betancourt a El Toque, un medio independiente que, según ella, difunde mentiras sin freno. Mencionó un video donde el periodista Eloy Viera explicaba cómo funciona el esquema de recargas y estafas desde el extranjero. “Indigna que la justicia no pueda alcanzarlos. Porque las mentiras sobre represión en las universidades también son otra mentira”, soltó Betancourt, aunque sin soltar ni un ejemplo concreto.
Pero mientras estas voceras pintan un paisaje de diálogo y armonía, los estudiantes universitarios están en pie de guerra contra lo que consideran un abuso intolerable. De esos comunicados que las voceras apenas rozan, muchos llaman directamente a un paro académico hasta que se resuelva el tema o incluso exigen la renuncia de los dirigentes de la FEU.
Ese ambiente de “propuestas y acuerdos” choca con lo que se ve en los videos que revientan en las redes: jóvenes sin miedo que enfrentan a funcionarios incapaces de darles respuestas claras.
El paro académico arrancó el 4 de junio y se ha extendido como pólvora por universidades de todo el país, con la Universidad de La Habana como epicentro. La respuesta de Díaz-Canel fue contundente: no hay marcha atrás en el aumento de las tarifas.
El movimiento estudiantil que sacude las aulas cubanas va más allá de pedir tarifas más justas. Exige conectividad equitativa y, sobre todo, respeto a su derecho a manifestarse sin que los llamen “mercenarios” o “manipulados”.