En pleno corazón de La Habana, tres tiendas decidieron cambiar la jugada este 5 de junio, Día Mundial del Medio Ambiente, y sorprendieron a sus clientes con una propuesta diferente: en vez de las clásicas jabas plásticas, entregaron cartuchos de papel para empacar los productos.
Sí, como lo lees. Un mercado, una bodega y una tienda en divisas le dijeron «hasta luego» al plástico por un día y apostaron por opciones más amigables con la naturaleza. Todo esto forma parte de un experimento ambiental que busca bajar la marea de plástico de un solo uso en la Isla.
Una idea con fuerza y muchas manos detrás
Detrás de esta movida está el proyecto «Menos desechos plásticos», impulsado por la alianza integrada Juntos por menos desechos plásticos. En el empeño se unieron mipymes como Yoan2 con lo mejor y PRINTea, junto con entidades estatales como el Grupo Empresarial de Comercio y el Grupo de Administración de Empresas. ¡Una mezcla entre el sector privado y estatal que, al menos por ahora, parece funcionar!
En el mercado Marea Alta, ubicado en una zona concurrida de la capital, la gente no disimuló su asombro al ver que los productos llegaban en papel y no en la típica jaba. Las dependientas, con paciencia y buena vibra, se encargaron de explicar el porqué del cambio: menos plástico, más conciencia ambiental.
“Estamos desarrollando esta iniciativa con el CITMA, como parte del proyecto Menos desechos plásticos”, explicó Alfredo Luis Gil Rodríguez, coordinador del plan. El proyecto, respaldado por el Fondo Nacional del Medio Ambiente y liderado por el Instituto de Geografía Tropical, busca que la gente se acostumbre poco a poco a alternativas sostenibles, no solo por estética, sino para frenar la contaminación por microplásticos que se nos mete hasta en el arroz con frijoles.
Mipymes al rescate del planeta
La mipyme Yoan2 con lo mejor no solo puso los cartuchos de papel en la mesa, también aprovechó para mostrar cómo trabajan. Su director, Yoan Guevara Sierra, no se anduvo por las ramas: “Estamos invadidos de plástico. Nosotros queremos ofrecer soluciones que sean baratas, útiles y que, además, no le hagan daño al entorno.”
Por su parte, PRINTea, otra mipyme que se dedica a productos de papel y cartón, también se sumó al experimento. Sus envases llegaron hasta una bodega en La Habana Vieja y un mercado industrial en Obispo, dos lugares donde el movimiento diario de personas es constante.
Yosbel Ávila Sánchez, presidente de PRINTea, contó que están trabajando en biopolímeros, una especie de capa mágica que cubre los envases de papel para que aguanten grasa, humedad y el trote diario del cubano de a pie. Así podrían usarse en más contextos, desde el pan de la bodega hasta el arroz con huevo frito del mediodía.
La gente lo agradece, pero… ¿y después qué?
Muchos habaneros vieron el gesto con buenos ojos. Vilma Machado, profesora de Medicina, salió del mercado encantada: “Esto es lo que hay que hacer, ¡por fin! Ya era hora de dejar el plástico atrás.” Pero como pasa siempre, la gran pregunta es si esto va a quedarse o si fue solo por el 5 de junio.
Hasta ahora, no está claro si esta iniciativa va a convertirse en parte del día a día o si fue apenas una señal simbólica para llamar la atención por el Día del Medio Ambiente. Lo que sí está claro es que la voluntad y el talento para hacer las cosas de forma diferente existen. Solo falta que no se queden en papel.