Una joven de la Universidad de Ciencias de la Cultura Física y el Deporte “Manuel Fajardo” en La Habana rompió el hielo en una de las tantas asambleas que se están haciendo en universidades de toda Cuba. Y no fue con diplomacia ni medias tintas. Lo dijo claro y raspao’: “¡Estamos agotados del racionamiento!”
Su intervención, difundida por la página San Memero, dejó en el aire una frase que se ha vuelto eco del sentir de muchos: “Tenemos que perder esa lógica cubana del ‘yo te raciono todo’ y tú tienes que aguantarte. No puede ser. ¡Ya basta!”
Con visible molestia, la estudiante denunció lo absurdo del nuevo sistema que impone ETECSA: aunque tengas tu cuenta en el banco, aunque trabajes legal y decente para el Estado, aunque no debas ni un centavo… te ponen límites ridículos para recargar tu línea móvil.
“Ahora resulta que solo puedes meter 360 pesos desde tu cuenta. ¿Y el resto? ¿Qué hago si necesito más? ¿Por qué esa restricción si lo que estoy usando es mi dinero?”, soltó la joven, cuestionando un modelo que, según dijo, va “directamente contra las libertades individuales”.
También criticó que el monopolio estatal cambie condiciones para empresas estatales y ni mire pa’ los estudiantes. Un detalle que solo deja más en evidencia lo que muchos ya ven claro: no hay voluntad de resolver, solo de controlar.
En medio del creciente malestar, no han parado de circular videos donde estudiantes enfrentan cara a cara a funcionarios que no saben —o no quieren— responder. Se ven nerviosos, vacilando, mientras los muchachos hablan con firmeza y argumentos.
Uno que no pasó desapercibido fue el de un estudiante de Medicina, que soltó con la misma claridad que la joven de Cultura Física: “Nos están limitando la Internet como si fuera un lujo, y encima con un monopolio. ¡Explíquenme cómo consigo saldo si no me recargan desde afuera!”
El muchacho explicó que puede tener dinero en su cuenta, puede hasta recargar varias veces si le dieran la opción, pero el sistema le bloquea las posibilidades si no entra divisa fresca desde el extranjero. Y ahí está el quid del asunto: todo apunta a que el país sigue apostando por mantener a los cubanos dentro, dependiendo de los que están fuera.
Desde el 4 de junio, la protesta estudiantil ha ido tomando fuerza en universidades de toda la isla, con la Universidad de La Habana como epicentro del movimiento. Un paro académico se extiende mientras el gobierno, con Miguel Díaz-Canel al frente, insiste en que “no habrá marcha atrás” con el alza de tarifas.
Por mucho que los voceros del régimen hablen de diálogo y espíritu constructivo, los videos que se hacen virales muestran otra cara: estudiantes desilusionados, asambleas tensas, reclamos que no obtienen respuestas.
El reclamo es uno solo: conectividad justa y accesible para todos. Porque en pleno siglo XXI, en medio de una crisis que parece no tener fondo, lo último que necesita un universitario cubano es que le corten las alas por falta de megas.