En medio de la tremenda calentura que tienen los universitarios en Cuba por el nuevo tarifazo de ETECSA, ha vuelto a sonar una voz que muchos quieren y respetan: Liuba María Hevia, trovadora de corazón y bandera cultural de varias generaciones.
Mientras las protestas crecen, los pronunciamientos van y vienen, y hasta la Facultad de Matemática de la Universidad de La Habana lanzó una huelga, Liuba no necesitó muchas palabras. Le bastó con cantar.
Desde su perfil en Facebook, la artista soltó un video donde interpreta un pedazo de “Que vivan los estudiantes”, esa joya combativa de Violeta Parra que ha cruzado fronteras y épocas.
“Que vivan los estudiantes, jardín de nuestra alegría. Son aves que no se asustan de animal ni policía…” —una estrofa que suena fuerte y clara en medio del silencio que quieren imponer— fue la que eligió.
Aunque no soltó comentarios explícitos, su gesto habla más que mil discursos. Y en las redes, la gente no tardó en entender el mensaje: Liuba está con los estudiantes.
Desde la plataforma feminista Alas Tensas lo dijeron sin pelos en la lengua: “Liuba María Hevia saca la cara por los más vulnerables”, y con su arte se pone del lado de los que hoy alzan la voz contra la injusticia.
Y es que su canción cayó como bálsamo entre tantos que sienten el peso del silencio oficial. Cientos de cubanos aplaudieron su gesto, dándole las gracias por seguir del lado del pueblo.
El periodista Mario J. Pentón, desde el exilio, lo resumió bonito: “Gracias, Liuba María. Gracias por ponerte del lado de los muchachos que hoy hablan por toda Cuba”. Otro seguidor le lanzó: “¡No esperaba menos de ti, princesa querida! Tu voz y tu música son el mejor apoyo”. Y desde la isla, alguien más dejó caer: “Gracias por apoyar la voz de tu pueblo que cada día la quieren silenciar más”.
Aunque ahora está viviendo en Madrid, Liuba sigue con el corazón en Cuba. No es la primera vez que se manifiesta de forma sutil, pero contundente. En octubre del año pasado, cuando la isla entera se quedaba a oscuras por la crisis energética, ella anunció que se desconectaba de las redes “hasta que volviera la corriente”.
Y si retrocedemos a julio de 2021, durante las históricas protestas del 11J, fue de las pocas voces dentro del arte que denunció la represión sin ambigüedades. “Cuánto dolor. Estoy totalmente en contra del uso de la fuerza. Todos los cubanos merecemos ser escuchados”, escribió entonces.
Liuba ha construido una carrera llena de ternura, canciones para niños y letras que acarician, pero también ha demostrado que no le tiembla la voz cuando toca decir lo que siente.
Ahora, mientras los jóvenes se plantan frente a ETECSA y al sistema que los margina, su elección de cantar ese tema de Violeta Parra no es casual. Es un acto de resistencia, de esos que no hacen ruido, pero se sienten hondo.
En tiempos donde hablar cuesta caro en Cuba, una canción puede ser una lanza, un abrazo, un grito sin estridencias. Y Liuba, una vez más, le canta a su gente, como quien no olvida de dónde viene ni a quién debe su canto.