En medio de la oleada de descontento que ha sacudido las universidades cubanas, ahora son los estudiantes de Historia del Arte de la Universidad de Oriente, en Santiago de Cuba, quienes han levantado la voz. Desde la Facultad, los alumnos de tercer y cuarto año han dicho “¡basta!” a las medidas impuestas por ETECSA, dejando claro que no están dispuestos a conformarse con parches ni privilegios para unos pocos.
“Estas medidas son un atropello”, así lo dejaron plasmado en un comunicado que empezó a circular este domingo por las redes sociales. Más de la mitad del estudiantado firmó la declaración, donde no solo critican la nueva política de restringir recargas nacionales, sino que también desenmascaran lo que consideran un disfraz de solidaridad: ofrecer wifi y datos móviles a solo un grupito selecto mientras el resto se queda en el aire.
“No somos marionetas de nadie”, dejaron claro los jóvenes, respondiendo de frente a quienes intentan desacreditar el movimiento estudiantil tildándolo de manipulado por influencias externas. Su mensaje fue directo: esto nace del dolor y la rabia de sentir que el derecho a la comunicación se ha vuelto un lujo en lugar de un servicio básico.
En palabras de los estudiantes, aceptar migajas no es opción. “Lo que queremos es igualdad de verdad, no un reparto injusto que contradice el propio discurso de equidad que el país ha defendido históricamente”, sentenciaron. Para ellos, este no es solo un tema de conexión a internet, sino de dignidad, justicia y acceso a oportunidades reales para formarse profesionalmente.
La amenaza de paro está sobre la mesa
El comunicado no se queda en la queja. Los futuros historiadores del arte fijaron un plazo firme a ETECSA: cinco días para dar una respuesta concreta, clara y favorable. Si no, advierten, se unirán al paro universitario que ya fue convocado por los estudiantes de la Facultad de Matemática y Computación (MATCOM) de la Universidad de La Habana.
“Queremos estudiar, queremos quedarnos, pero no a costa del silencio ni la resignación”, escribieron con firmeza.
Este nuevo pronunciamiento se suma a una ola que no para de crecer. Estudiantes de distintas carreras y provincias han salido al paso del llamado “tarifazo”, denunciando que las nuevas tarifas de ETECSA ahogan sus posibilidades de continuar su preparación académica, participar en proyectos, investigar y hasta simplemente entregar sus trabajos.
La juventud cubana está hablando en voz alta, sin miedo y con argumentos sólidos. Exige un país más justo, donde el acceso a la información no dependa de una recarga o de una supuesta “gratificación temporal”, sino que sea un derecho garantizado para todos.
