Una cubana radicada en Estados Unidos encendió TikTok con un video en el que lo suelta todo: bloqueó a su única hermana en Cuba porque, según dice, ya no aguantaba más las exigencias. ¿El motivo? No se conforman con que uno les mande lo básico, ahora quieren lujos y marcas. Y claro, el video se hizo viral en cuestión de horas.
La protagonista de esta historia es la tiktoker @mirelis_narraciones, que decidió compartir públicamente lo que muchos emigrados sienten pero pocos se atreven a decir. “Acabo de bloquear a la única hermana que tengo y que vive en Cuba. Yo no sé si a todas las nacionalidades les pasa lo mismo o el descaro de la gente en Cuba es único”, soltó sin anestesia.
Ella cuenta que no se trata de dejar de ayudar: comida, papel sanitario, recargas telefónicas, lo básico siempre lo manda. Pero ya eso no parece ser suficiente. “Quieren lujo”, asegura con frustración. La cosa es que cuando piden algo, lo hacen con especificaciones como si estuvieran ordenando en Amazon con tarjeta platino.
Por ejemplo, el teléfono del sobrino se rompió, y la petición fue clara: un Samsung específico, porque “ese es el que se usa en Cuba” y el que tienen los amiguitos. No importa si es el que ella puede comprar o el que tiene a mano. “No es el que tú puedas, es el último modelo”, explica Mirelis con sarcasmo.
Y si creías que con los teléfonos terminaba el tema, prepárate. Cuando quiso mandarle unos tenis marca Puma, resistentes y perfectos para la escuela, la hermana dijo que no. ¡Tenían que ser Vans! Porque sí, porque esos son los que se usan “allá”. A lo que Mirelis respondió con una joya de frase: “Tú sabes quién usa Prada: la que la puede pagar. Yo con mi dinerito tengo que conformarme con Zara pa’ poder mandar los zapaticos tuyos, los del niño, los de mami y hasta las medicinas del vecino”.
La crítica va más allá de lo personal. Según ella, hay una dinámica desgastante: “El problema con la gente en Cuba es que ya no basta con lo que puedas dar. No te puedes atrasar ni un mes porque te exigen como si fueras una empresa. Llega un momento en que tú eres la turista… y ellos, la familia, se convierten en jinetera”.
El video generó una avalancha de reacciones. Muchos usuarios la apoyaron, diciendo que viven lo mismo y que es agotador. Otros la criticaron por exponer sus problemas familiares en redes y le recordaron que “la familia es lo primero”. Pero como ella misma dijo: hay un límite, y cuando ese límite se cruza, uno también tiene derecho a decir basta.
Esta historia no es solo una queja. Es el retrato crudo y real de lo que enfrentan miles de cubanos en el exilio: una presión constante por cumplir expectativas irreales desde un país donde todo está en crisis, menos las exigencias.