En medio del caos económico que vive Cuba, donde cada día se hace más cuesta arriba poner algo en el plato, Bruno Rodríguez Parrilla salió en X a brindar por una supuesta “mejoría” en la inflación. Según él, los precios bajaron y eso es gracias al plan del Gobierno. ¡Como si el bolsillo del cubano lo notara!
El canciller del régimen publicó con bombos y platillos que la tasa interanual de inflación en mayo fue de 16,43%, tomando como referencia los datos de la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI). Y claro, no faltó el comentario triunfalista: “es un resultado del programa del Gobierno para corregir distorsiones y reimpulsar la economía”, dijo sin sonrojarse.
Una realidad oficial que no se parece a la calle
La cifra, si bien es más baja que el 31,11% del año anterior, no refleja lo que vive la gente en la cola del agro, en el mercado o frente a una tarima de huevos. La ONEI podrá decir misa, pero la calle habla otro idioma: el del salario que no alcanza, el pan que desaparece y el precio de los alimentos que no deja de subir.
El propio informe admite que más del 90% de los ingresos del cubano se va en la canasta básica, esa que ni siquiera cubre las necesidades reales. O sea, el sueldo se va como agua entre los dedos, y aun así no da.
Rubros que se disparan mientras el pueblo se aprieta el cinto
En mayo, los sectores que más subieron fueron Bebidas alcohólicas y tabaco, que se dispararon un 119,79%. Le siguieron los precios en Restaurantes y Hoteles (23,62%), los Bienes y Servicios varios (16,89%) y hasta la Educación (16,83%). Sí, hasta estudiar cuesta más, como si no fuera ya bastante difícil.
Las pocas áreas con incrementos menores al 10% fueron Recreación y Cultura, Transporte, Salud y Comunicaciones. Pero ni eso consuela cuando lo básico, como el arroz, los huevos y la carne de cerdo, se vuelve inalcanzable.
Una inflación maquillada que no convence a nadie
Aunque las cifras oficiales muestran una “tendencia a la baja” desde 2021 —con un IPC que cerró en 77% ese año, luego en 39,07% en 2022, 31,34% en 2023 y ahora 24,88% en 2024— el daño ya está hecho. Los precios se han triplicado desde 2020 y el cubano ha tenido que aprender a sobrevivir con menos de lo justo.
Para colmo, la inflación mensual fue del 0,83%, y ya acumula un 7,45% en lo que va de 2025. Es decir, los precios siguen subiendo, aunque lo hagan más despacio. Pero ¿de qué sirve un descenso si igual no alcanza?
Lo que dice la gente no cabe en los gráficos de la ONEI
En la calle, lo que se respira es frustración. El cubano no siente que los precios bajen, siente que la vida se pone más dura cada día. La comida no aparece, la electricidad se va, y el transporte sigue siendo un problema. Todo esto en medio de lo que economistas ya llaman una “policrisis” nacional.
Mientras tanto, el Gobierno sigue sacando pecho por estadísticas que no reflejan el drama cotidiano. Para muchos, esa postura oficial no es más que una forma elegante de tapar el desastre con tecnicismos.
Y aunque Bruno celebre desde su burbuja, el cubano de a pie sigue haciendo milagros con el salario, comiendo menos, estirando lo poco que consigue y con la nevera casi vacía.
Porque la inflación no se mide solo en porcentajes, sino en lo que falta en la mesa. Y esa, la de verdad, sigue bien arriba.