En un intento por dar la imagen de que «se está escuchando al pueblo», la Universidad Tecnológica de La Habana (CUJAE) se convirtió en escenario de una nueva movida que huele más a teatro que a cambio real. Allí, con bombo y platillo, se anunció la creación de un “Grupo Multidisciplinario” de 30 estudiantes universitarios que, según la prensa oficial, se encargará de dialogar con ETECSA sobre el polémico tarifazo.
Sí, ese mismo tarifazo que ha puesto patas arriba a la juventud cubana, que se las ve negras para mantenerse conectada, estudiar, investigar o simplemente comunicarse con su gente.
Una jugada para calmar las aguas
Radio Rebelde, como siempre alineada con el discurso del poder, se encargó de vender la noticia como una victoria del diálogo y la participación estudiantil. Según ellos, estos jóvenes van a sentarse con los peces gordos de ETECSA para intercambiar criterios, analizar las nuevas tarifas, hacer propuestas y, en palabras de la nota oficial, “buscar colaboraciones futuras”.
Pero la realidad —y el sentir en las redes— cuenta otra historia. Miles de estudiantes han alzado la voz en Internet contra unos precios que no tienen justificación ni corazón. Porque en Cuba, conectarse sigue siendo un lujo, no un derecho.
¿Escuchar o entretener?
La vicepresidenta nacional de la FEU, Litza González Desdín, se subió al estrado y aseguró que este grupo nace del deseo de los jóvenes de ser escuchados. También dejó claro que la FEU sigue “comprometida con los caminos de la revolución”. Todo bien medido. Todo muy correcto. Pero las palabras bonitas no bajan el precio del mega.
Y es que ETECSA no ha dejado margen a la esperanza. La empresa ya dejó claro que no va a dar marcha atrás. Las tarifas seguirán “ajustadas a su modelo económico”, o lo que es lo mismo: tú paga y no preguntes.
Simular diálogo, contener la protesta
Esta no es la primera vez que el gobierno cubano arma una “comisión”, “mesa técnica” o “grupo consultivo” para aparentar participación ciudadana. Es una fórmula vieja: abrir espacios simbólicos para que la gente se sienta incluida, pero sin tocar lo que ya está decidido.
Mientras tanto, los jóvenes siguen haciendo malabares para conectarse. Viven de recargas del extranjero, de sacrificios familiares, o de depender de una señal que a veces ni carga WhatsApp.
¿Y qué se espera ahora? Pues, según los organizadores, en “unas semanas” se conocerán los primeros resultados de este grupo con ETECSA. Aunque si nos guiamos por experiencias anteriores, eso puede traducirse en un PDF lleno de promesas y ninguna acción concreta.
La FEU, más cerca del poder que de los estudiantes
La Federación Estudiantil Universitaria no ha salido ilesa de esta historia. De hecho, está en el ojo del huracán desde que su presidente nacional, Ricardo Rodríguez, respaldó públicamente el tarifazo, aplaudiendo las decisiones de ETECSA antes siquiera de que los estudiantes pudieran sentarse a opinar.
Eso encendió la chispa en redes sociales. Miles de jóvenes criticaron lo que consideraron una traición a los intereses estudiantiles. Y la cosa no quedó ahí. En la Universidad Central “Marta Abreu” de Las Villas (UCLV), la FEU emitió un comunicado donde dejó bien claro que su prioridad era “mantener la tranquilidad” del campus, no defender las quejas de sus propios miembros.
¿Qué representa entonces este “grupo multidisciplinario”?
Para muchos, es solo otra estrategia para desviar la atención, canalizar la protesta y apagar el fuego sin mojarse los pies. El tarifazo sigue en pie, la inconformidad también, y el supuesto “diálogo” no convence.
Por ahora, la juventud cubana sigue esperando soluciones de verdad, no sillas llenas de palabras vacías.