La pelea entre el boxeador Gustavo “Cuban Assassin” Trujillo y el polémico influencer Alexander Otaola ya no solo se libra en redes sociales. Esta vez, la campana sonó en una corte de Miami, y según Trujillo, la primera victoria legal es suya.
Con ese estilo frontal que lo caracteriza, Trujillo salió a declarar que Otaola perdió la demanda en su contra y no se guardó nada:
“Lo más malo que hizo fue meterse conmigo. Soy Elegguá todos los días… y ahora me toca a mí coger el bate”, dijo entre líneas de advertencia. La cosa no se queda ahí, porque Trujillo ya tiene una nueva demanda activa en camino contra el presentador cubano.
Otaola, fiel a su estilo, no se quedó callado
Durante su programa “Hola Otaola” este 11 de junio, el influencer explicó que la demanda fue desestimada por el juez, pero no precisamente por falta de pruebas, sino por cuestiones técnicas.
“Se presentaron pruebas sin traducir al inglés, y aunque mis abogadas pidieron más tiempo, el juez cerró el caso definitivamente… pero vamos a apelar”, dijo Otaola, dejando claro que piensa ir hasta el final, incluso si eso significa llegar a un juicio con jurado.
De redes al juzgado: el pleito viene desde 2024
Este drama legal comenzó a cocinarse a finales del año pasado, cuando Otaola sacó su artillería legal al aire en una emisión de su show “El Mañanero”. Acompañado de sus abogadas del bufete VPP Law Firm, anunció una serie de demandas contra varios creadores de contenido cubanos por presunta difamación.
En la lista negra aparecieron nombres como Gustavo Trujillo, la influencer Yolanda Capote (de Analogías de Lola), el youtuber Toscano, y Clara Cabrera. Según Otaola, sus patrocinadores se vieron afectados y tenía pruebas para defender su reputación, aunque nunca soltó detalles muy concretos.
El primer golpe legal no salió como esperaba
La demanda grupal fue la primera en caer. El tribunal decidió no seguir adelante con ese caso, y ahora los papeles se invierten. El que antes estaba en la silla de los acusados, ahora entra al ring como demandante.
Trujillo ya calentó los guantes, y si algo ha dejado claro es que no piensa soltar el pleito tan fácil. La guerra entre el influencer más ruidoso del exilio y el boxeador cubano de Miami está lejos de terminar… y parece que el verdadero combate apenas comienza.