En medio de la dura realidad que atraviesa Cuba, una familia está librando una batalla contrarreloj para salvar a su hijo de apenas 8 meses. Rafael Junior Chávez Carrera, un pequeño guerrero con apenas medio año en este mundo, necesita urgentemente un trasplante de hígado, un procedimiento que lamentablemente no se puede realizar en el país.
La desesperación se ha hecho viral a través de Facebook, donde Yosmelis Chávez, tío del niño, compartió el grito de auxilio de su hermano, el padre de Rafael. Un mensaje que toca fibras, que no pide lujo ni milagros, solo una oportunidad para que ese corazoncito siga latiendo.
«Mi hijo quiere vivir. Necesita vivir. Merece una oportunidad», escribió el padre, dejando claro que él mismo es compatible como donante, pero que en Cuba simplemente no existe la posibilidad médica de hacer el trasplante. “Lo único que puede salvarlo es salir del país. Y tiene que ser ya”, insistió.
Un diagnóstico que cambiólo todo
Desde su primer mes de vida, Rafael Junior fue diagnosticado con hepatitis neonatal idiopática, una condición que en muchos casos se estabiliza con el tiempo. Pero a él la vida le jugó otra carta. Lejos de mejorar, su salud se deterioró gravemente hasta que su hígado dijo basta.
Ahora mismo se encuentra ingresado en el Hospital William Soler, en La Habana, con un pronóstico que depende única y exclusivamente de una operación que no se realiza en territorio cubano.
La familia no está pidiendo caridad. Está pidiendo humanidad.
Están buscando desesperadamente una visa humanitaria y un traslado médico al extranjero. Un país, una institución, un corazón dispuesto a tender la mano. Cualquier gestión, cualquier contacto con organizaciones o consulados podría ser la diferencia entre la vida y la muerte.
Para quienes puedan colaborar o compartir el caso con alguien que tenga los medios para ayudar, han habilitado el número de referencia 50171166. A veces un mensaje, una historia, puede cruzar océanos y tocar puertas que sí se abren.
Un recuerdo que aún late: Amanda Lemus
La historia de Rafael trae inevitablemente a la memoria la de Amanda Lemus Ortiz, otra pequeña cubana que también necesitó un trasplante de hígado y cuyo padre, siendo compatible, no pudo encontrar respuesta en su propio país.
Gracias a una campaña impulsada por la activista Yamilka Lafita, Amanda logró salir rumbo a España y en menos de quince días fue operada exitosamente. Hoy, se recupera en brazos de su familia, con una nueva oportunidad de vivir.
¿Por qué Rafael no puede tener esa misma oportunidad?
El llamado está hecho. Las palabras del padre son más que una súplica: “Es un niño fuerte. Solo necesita una oportunidad para vivir”. Y uno no puede evitar preguntarse: ¿cuántos niños más tendrán que esperar por algo tan básico como una esperanza?
El caso de Rafael Junior es la viva muestra de un país donde la medicina no alcanza, pero el amor de familia lo intenta todo.