¡Fiesta en CUPET! El Gobierno cubano anunció con bombos y platillos que ya alcanzó el primer millón de toneladas de petróleo extraídas en 2025. Todo parecería motivo de celebración… si no fuera porque mientras tanto, media Cuba sigue a oscuras, sin corriente ni gasolina para moverse.
¿Entonces en qué quedamos? Según la Unión Cuba-Petróleo (CUPET), este logro es parte del camino hacia la tan prometida “soberanía energética”. A través de sus redes, la empresa estatal se llenó la boca elogiando a sus trabajadores y destacando que el 90 % del crudo se destina supuestamente a la generación eléctrica. Pero la matemática no cuadra: si estamos produciendo tanto, ¿por qué seguimos viviendo entre apagones?
La gran contradicción es que, pese a toda esta extracción de petróleo, la producción no alcanza para cubrir las necesidades internas del país. Gran parte del crudo, especialmente el de mayor calidad, no se queda en Cuba… se exporta. Sí, como lo lees: mientras tú esperas horas por una guagua o ves cómo se te derrite el pollo en el refrigerador sin corriente, el petróleo cubano se va en barco rumbo a otros destinos.
Y aquí entra el factor extranjero. Gran parte de la extracción está siendo impulsada por compañías como la australiana Melbana Energy, que trabaja en territorio cubano desde 2015. ¿Su objetivo? Sacar el crudo y venderlo afuera. ¿Dónde? Empezando por el pozo Alameda-2 en Matanzas, de donde ya se han almacenado más de 15,000 barriles de un petróleo “premium”, más ligero que el que usualmente se produce en la isla. Todo listo para que salga su primer cargamento a finales de junio.
¿Y qué dicen los medios oficiales? Pues como de costumbre, lo pintan todo color de rosa. Hablan de “nuevas oportunidades energéticas” y “rumbo hacia la autosuficiencia”, pero omiten que ese petróleo de calidad no será para los cubanos. O sea, el país sigue dependiendo del crudo que llega desde Venezuela o Rusia, mientras exporta lo poco que podría mejorar la crisis interna.
El resumen es claro: el Gobierno celebra una “victoria” mientras el pueblo sigue a oscuras. El millón de toneladas de petróleo puede sonar bien en los titulares, pero en la práctica, los apagones, la escasez de combustible y la dependencia siguen marcando el día a día en Cuba.