El cantautor español Alejandro Sanz ha vuelto a mostrar que no le tiembla la voz cuando se trata de apoyar a los cubanos que viven entre apagones, abusos y promesas rotas. Esta vez, desde su cuenta oficial en X (antes Twitter), soltó un mensaje que caló hondo en los corazones de quienes siguen luchando por una Cuba libre de cadenas:
“A veces el camino duele, pero la raíz siempre sostiene. A los que resisten, a los que sueñan: los veo, los admiro”, escribió, acompañando sus palabras con las banderas de Cuba y México, como un abrazo simbólico a dos pueblos que han tenido que enfrentarse a sistemas que, de una forma u otra, les han fallado.
Ese guiño solidario no pasó por alto. El mensaje llegó justo en medio de un escenario caliente, donde estudiantes cubanos han salido a protestar contra el alza descarada de tarifas de ETECSA, el monopolio estatal de las telecomunicaciones que exprime al pueblo sin piedad. Mientras el régimen sube los precios, la Seguridad del Estado se dedica a amedrentar a los jóvenes que levantan la voz en las universidades.
Aunque el mensaje también fue leído como un gesto de apoyo a los manifestantes mexicanos en Los Ángeles que protestan contra las políticas antimigrantes de Trump, fue la parte cubana la que más estremeció, porque la herida en la Isla está más abierta que nunca.
Alejandro no es nuevo en esto. Ya antes había soltado otra frase que quedó marcada en muchos:
“En la voz de los jóvenes cubanos late el futuro de un país que aún sueña despierto.”
Y aunque esas palabras han tocado fibras, también le han generado enemigos. Algunos defensores del castrismo –los mismos que callan ante la miseria del pueblo– lo acusan de tener una “fijación con Cuba”. Incluso han llegado a insinuar que sus opiniones se deben a su pasado amoroso con la artista cubana Rachel Valdés. Pero lo cierto es que Sanz ha sido constante y claro en su rechazo al régimen, con o sin relaciones personales de por medio.
No se ha guardado nada. En sus redes, ha desnudado lo que muchos piensan y pocos se atreven a decir en voz alta. Ha destrozado el discurso oficialista de la “Revolución”, describiéndolo como:
«Acomodado, intransigente, aburrido, injusto, anquilosado, decadente, casposo, obsoleto, inmóvil, inútil, penoso, insulso, abusivo, desesperado, servil y torpe.»
Un retrato sin filtro del desastre que ha secuestrado a Cuba por más de seis décadas.
En 2022, cuando ocurrió el trágico incendio en la Base de Supertanqueros de Matanzas, también se solidarizó con el pueblo, a pesar del silencio cómplice de tantos artistas que prefieren no meterse “en política”.
Y por si quedaba alguna duda sobre su postura, una fuente cercana confirmó a Cuballama Noticias que Sanz estaría dispuesto a cantar en Cuba solo si el sistema cambia. No quiere formar parte del show que el régimen monta con tarimas y banderas mientras el pueblo sufre tras bambalinas.
Alejandro Sanz no habla por hablar. Cada vez que menciona a Cuba, lo hace desde un lugar de compromiso, de empatía y de admiración por los que no se rinden. Y en estos tiempos oscuros, su voz suma, su eco molesta… y eso, para los que luchan, vale oro.