Si pensabas que ya habías visto todo sobre la crisis en Cuba, prepárate, porque un youtuber estadounidense vino a mostrar lo que muchos prefieren no mirar: la vida en un solar habanero al borde del colapso. Así, sin filtros. Y el video no solo duele, también enciende de nuevo la alarma sobre una realidad que se hunde más cada día.
El protagonista de esta historia es Adventure Elliot, un creador de contenido que viaja por el mundo documentando realidades. Esta vez su ruta lo llevó directo a La Habana, donde grabó su visita a un solar en ruinas que, según sus propias palabras, es hogar de más de quinientas personas. ¿Lo más fuerte? Su cara lo decía todo: estaba completamente impactado.
En el video, que ya se ha vuelto viral en TikTok, Elliot entra con respeto a una vivienda colectiva acompañado por un residente. Lo guía hasta un cuartico diminuto donde viven juntos una madre, su hijo, un sobrino y el propio anfitrión. Una sola habitación sirve de sala, cocina, dormitorio… y el baño, separado por una simple cortina, apenas puede llamarse así. ¿Agua corriente? Ni soñarlo. Hay que cargarla desde abajo, como en el siglo XIX.
“Todas las habitaciones son pequeñas así, pero dentro viven 10 o 12 personas. Así vivimos”, dice el cubano mientras muestra una barbacoa de madera que sirve de cama elevada, un mini refrigerador y una estufa vieja.
Pero el desastre no termina ahí. La estructura del edificio es una bomba de tiempo: grietas por todos lados, techos que amenazan con venirse abajo y humedad que se come las paredes. “Esto en cualquier momento colapsa”, dice Elliot mientras la cámara recorre lo que alguna vez fue un edificio digno.
Y eso solo fue el comienzo. Elliot también ha documentado la falta de gasolina, el caos en el transporte público, la escasez brutal de medicamentos, el colapso del sistema de salud y el drama de la migración. En otro video, se le ve dándole dinero a dos ancianos y diciendo con dolor: “Aquí hay mucha hambre”.
Sobre el sistema de salud, al que por años el régimen cubano ha sacado pecho, fue directo: “No hay insulina, no hay ibuprofeno. Las farmacias están vacías”. Y en cuanto al campo cubano, dejó una frase que resume el desastre productivo: “Los campesinos no ganan nada. Básicamente son esclavos del Estado”.
Estas imágenes, grabadas por un extranjero y sin guion, tienen un poder demoledor. Porque no se trata de lo que diga un medio opositor, ni de lo que griten desde el exilio. Se trata de lo que se ve, sin maquillaje: un país deshecho, sin rumbo y con millones de personas atrapadas en la desesperanza.
Y mientras tanto, el gobierno… en silencio. Como si callar hiciera desaparecer el derrumbe.