En Cuba ya no basta con lidiar con los apagones… ahora también hay que tenerle miedo a lo que queda enchufado. En Santiago de Cuba, un hombre casi pierde su hogar por una olla arrocera que, tras un corte de luz, terminó provocando un incendio. Sí, una olla de arroz.
Todo ocurrió en el distrito José Martí. Gilberto Hechavarría Duany, de 54 años, regresó a su apartamento como cualquier otro día y se encontró con su casa hecha un desastre: humo por todas partes, muebles calcinados y las paredes negras como si fueran de carbón. “Escuché que había un incendio cerca, pero jamás pensé que era en mi propio apartamento”, contó, aún en shock.
La olla quedó enchufada… y el resto es historia
El causante del incendio fue un electrodoméstico que todos usamos en casa: una olla arrocera. Resulta que Gilberto la dejó conectada, la luz se fue (como ya es rutina en la isla), y cuando volvió el servicio eléctrico, el aparato se sobrecalentó y provocó un cortocircuito. Resultado: fuego, humo y un susto que no se le va a olvidar en la vida.
Menos mal que los vecinos actuaron rápido. Fueron ellos los que apagaron las llamas antes de que se propagaran a otros apartamentos. Aris Arias Batalla, representante de la Cruz Roja en la zona, compartió imágenes del desastre en Facebook: la olla completamente derretida, techos llenos de hollín, y un apartamento que parece salido de una película de terror. “Gracias a la rapidez de los vecinos se evitó una tragedia mayor”, escribió.
No es la primera vez que pasa
Lamentablemente, este no es un caso aislado. En Cuba, los incendios domésticos se han vuelto cada vez más frecuentes, y casi todos tienen un mismo denominador: los apagones.
En octubre de 2024, en Alamar, una familia cocinaba con leña y su casa terminó envuelta en llamas. En marzo de 2025, otro apartamento ardió por causas similares. Y en abril, en Artemisa, otro incendio destrozó una vivienda entera. Nadie murió, por suerte, pero los daños materiales han sido graves.
Una crisis que se vuelve peligrosa
La crisis energética no solo es molesta… también está poniendo vidas en riesgo. La falta de electricidad obliga a las familias a cocinar con lo que puedan, dejar velas encendidas, o confiar en aparatos viejos que revientan al regreso de la corriente. Es una bomba de tiempo.
Cuba necesita soluciones urgentes. Porque no se trata solo de quedarse a oscuras: se trata de que un descuido mínimo, como dejar una olla conectada, pueda acabar en tragedia.