Los muchachos de la Facultad de Arte de los Medios de Comunicación Audiovisuales (FAMCA), del ISA, acaban de dejar claro que no se van a prestar para el teatrico que armaron la FEU nacional y ETECSA. Con una carta bien plantada en su cuenta de Instagram, anunciaron que se bajan del famoso “grupo multidisciplinario” que supuestamente canalizaría el descontento estudiantil tras el tarifazo descarado del 30 de mayo.
¿La razón? Bien simple: ese “grupo” no es más que otro invento del sistema para aparentar diálogo, cuando en realidad está montado en casa de ETECSA, con sus reglas, su guión y su control total. Según explicaron los estudiantes, no hay participación de profesores independientes ni especialistas externos, y mucho menos espacio para cuestionar quién fue el responsable del sablazo a los precios. Lo que quieren es «fortalecer la empresa» y negociar migajas, mientras el pueblo sigue pagando la cuenta.
“Así no se vale”, dijeron alto y claro.
Para ellos, resulta inaceptable sentarse a conversar mientras las tarifas siguen ahogando a la gente. Lo dejaron bien clarito: solo aceptarán una comisión verdaderamente independiente, integrada por estudiantes, docentes y miembros de la sociedad civil, que investigue a fondo cómo y por qué se aplicó ese tarifazo criminal. No están para lavados de cara ni reuniones “a lo cubano”, donde todo está decidido desde antes.
Además, la declaración denunció una verdad incómoda que pocos se atreven a decir: la Seguridad del Estado ya está metiendo presión sobre estudiantes de FAMCA. Los han intimidado, vigilado y acosado solo por alzar la voz. Y como respuesta, varios de ellos decidieron alejarse temporalmente del activismo para proteger su integridad física. Así de grave está la cosa.
“No vamos a actuar como facultad por separado hasta que haya un consenso entre universidades”, aclararon. Esta postura no es de unos cuantos, sino de todo un colectivo estudiantil que, aunque ha sido ignorado una y otra vez, sigue apostando por el diálogo verdadero… no por el paripé que vende ETECSA.
La declaración también lanza una crítica directa a la empresa de telecomunicaciones y al aparato represivo del régimen: “Repudiamos la actitud agresiva e indolente de ETECSA y la Seguridad del Estado frente al disenso respetuoso.” Y remataron con un llamado claro: unidad entre estudiantes, universidades y la sociedad civil para exigir lo que merece todo el pueblo cubano.
Todo esto surge justo cuando CUJAE fue la sede del montaje de un supuesto “Grupo Multidisciplinario” con estudiantes de varias universidades. El objetivo, según el guion oficialista, es conversar con los mandamases de ETECSA sobre las nuevas tarifas, lanzar propuestas (que nadie escuchará) y hasta soñar con “colaboraciones futuras”. Pura pantalla.
Pero la gente de FAMCA no se chupa el dedo. Ellos saben que esas mesas de trabajo son puro maquillaje político para tapar el desastre que provocó un tarifazo impopular, impuesto sin consultar a nadie y en plena crisis nacional. Por eso, ya la semana pasada habían sacado otra carta donde exigían respuestas serias al presidente de la FEU, Ricardo Rodríguez, y denunciaban que los precios de los datos les están destruyendo el trabajo y la vida diaria.
En esa misma carta contaron que el 4 de junio se reunieron con representantes de ETECSA, el Ministerio de Educación Superior y la FEU. Aunque los burócratas reconocieron algunos “errores de comunicación” y se excusaron con que la empresa está en crisis, los estudiantes dejaron claro que las justificaciones no les alcanzan.
“Como creadores audiovisuales, necesitamos subir, bajar e intercambiar materiales todo el tiempo. Las nuevas tarifas nos dejan fuera del juego”, explicaron.
Y tienen toda la razón. Porque en el mundo moderno, un artista sin conexión es como un carpintero sin herramientas. Y en Cuba, gracias al castrismo y su voracidad económica, hasta el internet se ha convertido en otro lujo más reservado para la élite y los extranjeros.
Así que no, el tarifazo no es solo un número más. Es otro golpe directo a la juventud pensante, crítica y creativa que quiere construir un país mejor… pero que vive bajo un sistema que le teme a la verdad y reprime cualquier intento de libertad.