Un grupo de cubanos en Miami volvió a dejar claro este fin de semana que no están dispuestos a tragarse otro cuento autoritario. La protesta, celebrada el sábado como parte de una jornada nacional contra Donald Trump, se convirtió en un espacio donde el miedo a repetir la historia de Cuba encontró eco entre banderas, pancartas y viejos recuerdos de represión.
“No otro Comandante”, se leía en uno de los carteles, mientras otros sostenían mensajes como “Miami is too hot for ICE” y “I didn’t escape a dictatorship to suffer another”. No eran frases vacías: venían cargadas de vivencias reales de quienes ya saben lo que es vivir bajo la bota de un régimen autoritario.
Un grito cubano contra el autoritarismo
La marcha, recogida en imágenes por el periodista Javier Díaz, mostró a los manifestantes ondeando la bandera cubana como símbolo de resistencia, pero también como advertencia. Algunos carteles incluso caricaturizaban a Trump como un dictador tropical, al más puro estilo caribeño. «Dicen que no quieren otro dictador como en Cuba», resumió Díaz en su publicación.
Muchos de los que estuvieron allí son exiliados recientes, gente que llegó escapando del hambre, la censura y el miedo. Y ahora, al ver señales preocupantes en el panorama político de EE.UU., no se quedan callados. Para ellos, la libertad no es negociable.
Tensión en el aire y fantasmas del extremismo
La jornada no estuvo libre de encontronazos. Según denunció el usuario Rubiel Segura Oliva, el exlíder de los Proud Boys, Enrique Tarrio, se apareció en medio de la manifestación. Eso fue como echarle gasolina al fuego. Los ánimos se caldearon al instante, y comenzaron los gritos cruzados entre los que defienden a Trump y quienes no quieren que EE.UU. se parezca ni por asomo a la Cuba castrista.
“Se está calentando Miami”, escribió Segura, dejando claro que la polarización también ha tocado fondo entre los cubanos del exilio. “Los que están mama’os de Trump y los que no quieren repetir la maldición en su nueva patria se están diciendo de todo”, añadió.
Un mensaje que resuena en todo Estados Unidos
Esta protesta no fue un hecho aislado. Más de 2,000 manifestaciones se llevaron a cabo en todo el país, impulsadas por grupos como Indivisible y Movimiento 50501. Solo en Florida, hubo concentraciones en al menos 75 ciudades, incluyendo lugares clave como Coral Springs, Fort Lauderdale, Homestead y Miami Beach.
Aunque el evento en Miami fue pacífico, las autoridades no bajaron la guardia. El propio gobernador Ron DeSantis recordó la vigencia de la ley HB 1, que permite arrestos sin derecho a fianza si se considera que hay disturbios. A pesar de ese ambiente tenso, la protesta se desarrolló sin incidentes graves.
El mensaje quedó claro: muchos cubanos que viven hoy en libertad no están dispuestos a que se repita el ciclo del autoritarismo, venga de donde venga. Y en una ciudad como Miami, donde el recuerdo de la dictadura sigue vivo en cada conversación, esa advertencia pesa.