En tiempos donde muchos reniegan de sus raíces, hay un cubano en Miami que saca pecho por su barrio y no se calla. Se hace llamar el “Trump de Los Pocitos”, y si no lo conoces todavía, prepárate, porque este personaje está dando mucho de qué hablar en redes sociales.
Sí, vive en Miami Beach, frente al mar, rodeado de lujos, carros caros y una piscina digna de película… pero lo que más presume no es eso. Lo que realmente grita con orgullo es su origen humilde en Los Pocitos, Marianao, un barrio de La Habana que no suele aparecer en las noticias por cosas buenas.
“Esto no es para presumir, es para poner a Los Pocitos en el mapa”
En uno de sus últimos videos, este cubano se muestra desde la playa, señalando el edificio donde vive. “Aquí el cubano de Los Pocitos, en mi playa privada… y aquí tengo mi apartamento en Miami Beach frente al mar”, dice con una sonrisa de oreja a oreja. Pero deja claro que no lo hace por alarde, sino por algo mucho más profundo: quiere reivindicar su barrio y romper con los estereotipos.
Marianao no es solo puñaladas y guapería
Según él mismo cuenta, cada vez que se habla de Los Pocitos en redes sociales es para mencionar peleas, problemas o delincuencia. Y eso le molesta. Porque como dice en uno de sus videos: “Los Pocitos también dio gente próspera como yo que he logrado unas cuantas veces el sueño americano”. Y con esa frase le cae la boca a más de uno.
Orgullo, polémica y Lamborghini
Este “Trump cubano” se volvió viral con un video donde reta a sus críticos a mostrar “su realidad” si se atreven. En otro clip, enseña su Lamborghini, su Corvette y su casa con piscina. ¿Presume? Sí. ¿Divide opiniones? También. Pero nadie puede decir que se olvidó de dónde salió.
Lo más interesante es que, más allá del estilo ostentoso, muchos usuarios lo aplauden por representar a su barrio y poner a Los Pocitos en una conversación que normalmente lo excluye. Él, por su parte, no se achica: “Voy a seguir alardeando hasta que no me salga nadie”.
En un país donde muchos emigrantes esconden su pasado, este cubano lo grita con orgullo. Y aunque lo comparen con Trump, lo que queda claro es que nadie lo baja de su nube… ni de su Lamborghini.