Otra escena dura, otra historia que golpea el alma. Veinticinco migrantes, entre ellos varios cubanos, fueron encontrados ocultos como si fueran carga, en un camión lleno de colchones, bajo un calor insoportable y sin una gota de ventilación. El hallazgo, que casi termina en tragedia, tuvo lugar en George West, una localidad del sur de Texas.
Todo se destapó gracias a un pequeño accidente que encendió las alarmas de un agente estatal, según reportó FOX 26 Houston. La conductora del vehículo, identificada como Silvia Patricia Santamaría, de 43 años y vecina de Houston, fue arrestada de inmediato. Ahora carga con 25 cargos de tráfico humano a sus espaldas.
Escondidos tras 30 colchones, como si no fueran personas
Los migrantes, entre los que había 12 hombres, 12 mujeres y un niño de apenas 11 años, venían de distintas partes del mundo: Cuba, México, Guatemala, Honduras, El Salvador, Venezuela, India y República Dominicana. Todos comprimidos en un compartimento minúsculo, tapados por una montaña de colchones dentro de un camión modelo 2005.
La mujer dijo que su vehículo servía para mover mercancías. Pero algo no cuadró. El oficial notó huecos en su historia y pidió revisar el camión. Con la ayuda de la policía de George West, descubrieron lo que en realidad cargaba: vidas humanas al borde del colapso.
Calor infernal, cero ventilación y ni una gota de agua
La escena era dantesca. Gente empapada en sudor, respirando con dificultad, sin acceso a agua ni aire. Un horno sobre ruedas, en el que fácilmente pudieron morir de asfixia o golpe de calor. Por suerte, fueron rescatados a tiempo, atendidos médicamente y entregados a la Patrulla Fronteriza de EE.UU.
Cada año, estas historias se repiten como una película de horror que nunca termina. Migrantes jugándose la vida en manos de mafias que venden falsas esperanzas y empujan a la gente al borde del abismo. Y entre ellos, como casi siempre, van cubanos que no ven otra salida ante la miseria y el control absoluto del régimen.
Una travesía mortal que ya se volvió rutina
Esta vez hubo suerte. Pero mañana puede no haberla. Mientras tanto, en la Isla, el gobierno sigue hundido en discursos vacíos, sin ofrecer una sola solución real a los que solo buscan una vida mejor. Esa desesperación, esa necesidad de escapar a cualquier costo, es lo que alimenta estas redes criminales.
Santamaría fue llevada a la cárcel del Condado de Live Oak, donde sigue detenida. Aún no se sabe si enfrentará cargos federales ni cuál será el destino de los migrantes. Pero lo que sí está claro es que cada cubano que se lanza a estas travesías lo hace porque en su tierra ya no queda ni futuro, ni oxígeno.
Y mientras el régimen repite que en Cuba «nadie se queda desamparado», la realidad grita lo contrario desde el asfalto caliente de Texas.