Desde Santiago de Cuba, nos llega otro episodio oscuro del drama que se vive en los hospitales del régimen, esta vez desde el Centro de atención a enfermos mentales crónicos «El Viso», en El Caney. Allí, una mujer identificada como Odalis, con esquizofrenia avanzada, fue literalmente dejada morir de hambre, según denunció su propia familia.
El periodista independiente Yosmany Mayeta Labrada difundió un video estremecedor en redes sociales. La escena muestra el cuerpo de Odalis, extremadamente delgado, inmóvil sobre una cama sin condiciones, en un entorno que más parece una mazmorra que un hospital.
Una voz femenina, que dice ser su sobrina, rompe el silencio con una mezcla de dolor e ira:
“La mataron de hambre. La tienen en miseria total. Eso no es atención médica, eso es abandono criminal”.
Hospicio o infierno
Las imágenes revelan un panorama dantesco: camas sin colchones, pacientes tirados en el suelo, sin higiene, sin atención, como si fueran desechables. Lo poco que reciben los enfermos —comida, ropa, medicinas— no llega a sus manos, porque los propios trabajadores del centro se encargan de desaparecerlo todo.
Una familiar, identificada como Mary La CubanaBelga, contó que incluso los cepillos de dientes desaparecían de las pertenencias de Odalis. «Salían cargados con todo lo que les llevábamos», denunció. Pese al esfuerzo de la familia por mantenerla con lo básico, la situación se volvió insostenible: “Ya no podíamos cuidarla en casa. Tuvimos que dejarla ahí. Pero este sistema no sirve. Del Estado no queremos nada”, sentenció con rabia.
No fue un caso aislado
Tras la publicación del video, comenzaron a llover testimonios parecidos. Un usuario aseguró que su tío murió de igual manera en ese centro. Otro, que en los hogares de ancianos los dejan morir de hambre sin ningún tipo de compasión. Y no faltaron quienes señalaron el patrón: la comida nunca llega al paciente, porque antes “pasa por demasiadas manos”.
Todo apunta a un sistema donde la corrupción, el abandono y el desprecio por la vida humana se han convertido en rutina. Y mientras tanto, las autoridades… callan, esconden y barren la mierda bajo la alfombra.
Un sistema de salud en ruinas
Aunque el régimen insiste en vender al mundo la imagen de una potencia médica, lo cierto es que el sistema de salud cubano se cae a pedazos, sobre todo cuando se trata de los más vulnerables: enfermos mentales, ancianos y personas sin recursos.
Lo que hace unos años se disfrazaba de “caso puntual” ya es un patrón claro de negligencia institucional. No hay comida, no hay medicinas, no hay médicos suficientes… y lo poco que llega, se roba.
Y mientras tanto, el Ministerio de Salud Pública no ha dicho ni esta boca es mía. Ni una palabra sobre lo ocurrido con Odalis. Ni una investigación abierta. Nadie sancionado. Todo en el más puro estilo del castrismo: silencio, impunidad y propaganda.
Una denuncia que no se puede enterrar
El periodista Mayeta dejó claro que su página seguirá investigando. Exigió a las autoridades de Santiago y al propio Ministerio de Salud Pública que se pronuncien y muestren la verdad: “Sin justificaciones ni fotos falsas, que respondan por esta barbaridad”.
Pero sabemos cómo actúa el régimen: callan, difaman, amenazan, y siguen dejando morir a los más débiles. Porque para ellos, los hospitales no son espacios de cuidado, sino almacenes de olvido donde se encierra al que estorba.
La muerte de Odalis no es un caso aislado. Es el reflejo de un sistema podrido, incapaz de proteger a su gente, que prefiere gastar recursos en represión y culto a la figura del dictador, mientras la vida real en Cuba se escapa entre el hambre, la miseria y la desidia estatal.