Si pensabas que ya lo habías visto todo en Cuba, espera a conocer la historia de Geandry Blanco, un joven repartidor de Luyanó que acaba de reaparecer —y no hablamos solo de redes sociales— con más ganas que nunca de echar pa’lante. Después de haber estado desaparecido en enero, este muchacho volvió al ruedo con una energía que inspira.
Geandry, que se mueve por toda La Habana como mensajero, fue noticia a principios de año cuando su desaparición mantuvo en vilo a familiares, amigos y a toda una comunidad digital que compartía su foto esperando noticias. Hoy, meses después, ha vuelto no solo al trabajo, sino a la vida misma, y lo está haciendo con un mensaje que toca corazones.
En una publicación reciente en el grupo de Facebook “Revolico La Habana”, Geandry dejó claro que no piensa rendirse. “Soy mensajero, ya estoy en algunos grupos y en la agencia de Mandao. Busco negocios que necesiten mis servicios. Trabajo también de noche y bajo lluvia”, escribió con toda la determinación del mundo.
Pero lo que más conmovió a quienes lo leyeron fue la frase que soltó sin miedo: “A algunos seguro les suena mi cara: soy el que estuvo desaparecido a finales de enero. He seguido para alante”. Así, sin drama ni lástima, simplemente con fuerza.
El muchacho no solo se limita a moverse por La Habana. Está dispuesto a pedalear hasta Artemisa o Mayabeque si hace falta. Su disponibilidad es completa, su voluntad, firme, y sus ganas de reconstruir su vida, evidentes. Además de mensajería, también ofrece servicios de publicación y venta. ¡Multitasking al estilo cubano!
Para muchos que recuerdan su caso, leerlo ahora ofreciendo sus servicios con tanto empuje es casi como ver un milagro de esos que no salen en el noticiero. Su historia ha tocado fibras, sobre todo en un país donde levantarse cada día y salir a la calle ya es, en sí mismo, una forma de resistencia.
Vale recordar que Geandry fue encontrado deshidratado y confundido tras varios días desaparecido en el municipio Diez de Octubre. Nadie sabe exactamente qué ocurrió, pero lo que sí está claro es que regresó con otra mentalidad: la de seguir, sin mirar atrás.
Y ahí lo tienes, ofreciendo sus servicios, esperando mensajes de clientes, y repitiendo la frase que ya es su sello: “He seguido para adelante”.
En una Cuba donde todo cuesta, donde las noticias malas a veces parecen infinitas, la historia de Geandry es un recordatorio de que también hay luz, hay coraje, y hay gente que, pese a todo, no se rinde.