El trovador oficialista Israel Rojas, líder de Buena Fe y defensor empedernido del castrismo, se fue de piquete en redes sociales este martes, soltando fuego contra CiberCuba por un supuesto titular que circulaba con su foto sin camisa.
La imagen en cuestión —donde se ve a Rojas con el torso al aire, aparentemente discutiendo con un trabajador de la empresa eléctrica en medio de un apagón— no pertenece a ninguna noticia publicada por el medio. El montaje, que imitaba la estética de CiberCuba, fue fabricado por páginas oportunistas que se dedican a falsificar titulares con fines de desinformación.
«Un día dicen que soy un privilegiado que no pasa apagones. Al otro día sueltan cualquier morronga gonorreosa informativa», escribió el cantante con tono de indignación, dejando claro que el meme le tocó una fibra.
Pero en vez de apuntar contra las páginas farsantes que crearon la imagen, Rojas decidió culpar directamente a CiberCuba, acusándolos de hacer la vista gorda ante otros temas globales como las deportaciones, el conflicto en Palestina o las protestas en California. Todo, mientras —según él— atacan a los artistas alineados con la dictadura cubana.
La verdadera historia detrás del «montaje»
Lo curioso es que la famosa foto sin camisa fue sacada de un videoclip que aún no ha visto la luz, según el propio Rojas. Es decir, ni estaba peleando con un liniero, ni tenía que ver con ningún apagón real, aunque con lo que se va la corriente en Cuba, nadie se habría sorprendido si así fuera.
Para despejar dudas, el montaje incluía incluso un código QR. Y al escanearlo, se revelaba que el supuesto “artículo” en realidad pertenecía a una noticia totalmente distinta, relacionada con el influencer Musteerifa y su reciente compromiso. Una manipulación burda, pero efectiva para sembrar confusión.
¿Y por qué culpar a CiberCuba? Fácil: porque molesta
CiberCuba, que ya ha tenido que lidiar con este tipo de falsificaciones otras veces, no tardó en recordar que su popularidad lo ha convertido en blanco de campañas de manipulación. Su nombre, aseguran, ya es parte de la cultura popular, y eso trae sus riesgos.
«Nuestra imagen se ha vuelto sinónimo de noticia para mucha gente. Pero también la usan para meter mentiras con pinta de verdad», señaló recientemente el equipo del medio en una nota editorial.
Y lo dejaron claro: si no aparece en sus plataformas oficiales, es cuento chino.
Rojas, por su parte, vuelve a mostrar su lado más rabioso cuando se siente tocado. Pero lo cierto es que esta vez disparó sin mirar. Porque ni la imagen es real, ni el medio es el culpable.
Aunque claro, para los voceros del régimen, la verdad siempre será lo de menos cuando de atacar medios independientes se trata.
