Un video grabado dentro de un avión con destino a Punta Cana ha provocado un sismo en redes sociales. No fue por turbulencias ni retrasos, sino porque un grupo de cubanos desató la gozadera en pleno vuelo, cantando a coro el tema “Tacto que llegó el reparto” del reguetonero Bebeshito, como si estuvieran en el Malecón y no a 10.000 pies de altura.
La escena, que fue compartida por el portal La Familia Cubana, acumula ya más de 40 mil reacciones y miles de comentarios en menos de un día. ¿Por qué tanto revuelo? Porque lo que para unos es “pura cubanía”, para otros fue un “relajo sin sentido”. La eterna guerra entre la alegría desbordante y el respeto al espacio ajeno.
🎶 “Tacto que llegó el reparto”… ¡en el aire!
El clip muestra a los pasajeros disfrutando del ritmo, cantando y moviéndose desde sus asientos, con algunos que incluso se animan a hacer de animadores improvisados. Pero mientras unos reían y cantaban, otros miraban con cara de “tierra, trágame”. Y ahí fue donde explotó el debate.
💬 Redes encendidas: ¿alegres o maleducados?
Los comentarios están divididos. Por un lado, están quienes aplauden ese espíritu indomable que tanto nos define:
“Nos podrán quitar todo, menos la alegría.”
“Así somos los cubanos: fiesta, aunque estemos con los bolsillos vacíos.”
“La pachanga va donde nosotros vayamos. ¡Punta Cana prepárate!”
Pero, claro, no todos estaban bailando al mismo son. Muchos sintieron que el comportamiento cruzó la línea:
“Eso no es una guagua, es un avión. Un poco de respeto, por favor.”
“La educación no está reñida con la alegría. Todo tiene su lugar.”
“¿Y si alguien quería dormir o leer? Es un espacio compartido.”
🤔 Entre la sabrosura y el sentido común
También hubo quienes no se fueron a ninguno de los extremos y dejaron comentarios más reflexivos:
“No me gusta el reguetón, pero no vi a nadie molesto. A veces exageramos.”
“Si fueran boricuas o dominicanos, todo el mundo diría ‘¡qué sabrosura!’.”
“Cuba nos dio fiesta para sobrevivir… pero también tenemos que aprender cuándo parar.”
🎭 Identidad vs. convivencia: una discusión abierta
Este video no es solo un rato viral. También es una postal cultural. Pone sobre la mesa una pregunta clave: ¿hasta qué punto podemos celebrar nuestra identidad sin invadir la tranquilidad de los demás? Porque sí, ser cubano es alegría, fiesta y sabor. Pero en un avión, encerrados todos juntos durante horas, hay quien solo quiere cerrar los ojos y desconectarse.
Lo que sí está claro es que la escena refleja dos caras del mismo ser cubano: uno que se sobrepone a las penas con música, y otro que quiere adaptarse, respetar reglas y no “caer mal” donde llegue.
Y como siempre, en medio de la bulla, hay una verdad incómoda: la conversación que falta entre el goce y el respeto. Porque la pachanga es nuestra, sí… pero la convivencia también.