La cantante cubana Dianelys Alfonso Cartaya, mejor conocida como La Diosa, vuelve a estar en el centro del huracán mediático. Esta vez no por una canción nueva o una pelea en vivo, sino por haber puesto en venta su icónico Cadillac Escalade rosa, una joyita que muchos identifican como su sello personal desde que aterrizó en Miami.
El anuncio, colgado en Facebook Marketplace por la nada modesta cifra de 75 mil dólares, fue compartido por el influencer CubaUrbano Noticias y no tardó en viralizarse. A partir de ahí, el chisme se encendió como pólvora en redes, y como era de esperar, La Diosa no se quedó callada.
“No me bajo del Cadillac… todavía”
Ante el revuelo, la cantante soltó su propia versión en redes sociales, dejando claro que no hay motivo para el drama, y que el foco debería estar en su próximo concierto en el Watsco Center de Miami, el 19 de julio.
“Para que no cunda el pánico, no me bajaré de la Cadillac”, lanzó con ese tono directo y desafiante que la caracteriza. Con eso, quiso dejar claro que lo suyo sigue siendo la música, no las ventas de garaje ni los rumores baratos.
De símbolo de poder… a recordatorio de deuda
Detrás del brillo rosado y las puertas automáticas del Escalade hay una historia no tan glamurosa. El carro está amarrado a una demanda millonaria que involucra a Cántalo TV, la empresa dirigida por el empresario Armando Labrador.
Según documentos legales, en 2023 La Diosa firmó un contrato de representación artística con la empresa, cediéndole derechos exclusivos a cambio del 20 % de sus ingresos. Pero la cosa se enredó. La demanda alega que la artista incumplió el acuerdo y ocultó parte de sus ganancias, lo que generó un choque legal de grandes proporciones.
Y aquí es donde entra el Cadillac: el carro fue comprado gracias a un préstamo de 91 mil dólares que le otorgó Cántalo TV. Pero hasta ahora, según la demanda, solo ha devuelto 60 mil divididos en tres pagos. Lo que queda pendiente es una deuda de al menos 31 mil dólares que sigue sin resolverse.
Entre la fama y los tropiezos
El Escalade rosa, que fue por mucho tiempo una declaración de poder y éxito en las redes de La Diosa, ahora le recuerda a todos que la fama también tiene sus grietas. Lo que antes era puro brillo y lujo, hoy arrastra con una carga legal que podría enturbiar el camino de su carrera artística.
Aun así, La Diosa sigue firme, dispuesta a enfrentar críticas y seguir adelante. Conciertos, dramas, demandas y ventas de autos de lujo… su vida es una novela, y los seguidores están pegados al próximo capítulo.
