Una madrugada más en La Habana Vieja… pero esta vez, con un susto que dejó a todo un vecindario con el corazón en la garganta. Una joven fue encontrada completamente inmóvil en plena acera de la Calle Monte, justo frente a la puerta de una vivienda. ¿La causa? Todo indica que se trató de una sustancia química desconocida, posiblemente una de esas drogas que están circulando cada vez con más frecuencia entre los jóvenes cubanos.
La denuncia fue publicada por el usuario Saúl Manuel en su cuenta de Facebook, donde compartió las impactantes imágenes de la muchacha tirada en el suelo, sin poder moverse ni reaccionar. Lo más indignante del asunto es que, según relata, la policía fue llamada de inmediato… pero nunca apareció.
Sí, leíste bien. Dos horas pasaron desde que se hizo el primer llamado y ninguna patrulla, ni una ambulancia, ni nadie del sistema de salud se presentó en el lugar. La joven permanecía ahí, inconsciente, a la vista de todos, como si su vida no valiera lo suficiente como para activar un protocolo de emergencia.
Hasta el momento no se sabe quién es la chica ni cuál es su estado actual de salud. Nadie del gobierno ha dado declaraciones, ni el Ministerio de Salud Pública ni el Ministerio del Interior han dicho una palabra. Y mientras tanto, la preocupación crece en los barrios habaneros, donde este tipo de casos ya no suenan tan lejanos ni aislados.
El “químico”, como muchos le llaman en la calle, no es una droga específica, sino una mezcla peligrosa de sustancias psicoactivas, muchas veces fabricadas sin control y vendidas a jóvenes que atraviesan momentos difíciles: depresión, ansiedad, falta de futuro o simplemente aburrimiento extremo. El resultado puede ser devastador: pérdida de conciencia, convulsiones, daños cerebrales y en algunos casos, incluso la muerte.
Vecinos del área comentaron que no es la primera vez que ocurre algo similar por allí. Ya han visto a otros jóvenes con síntomas parecidos y todos coinciden en algo: no hay respuesta institucional ni protocolos de atención. Mientras tanto, esta especie de “epidemia silenciosa” sigue creciendo, dejando víctimas invisibles que apenas aparecen en los medios oficiales.
En un país donde el descontento y la desesperanza van en aumento, el consumo de drogas químicas parece haberse convertido en una vía de escape peligrosa y cada vez más común. Lo preocupante es que, sin atención urgente ni políticas claras, podríamos estar apenas viendo el comienzo de una crisis de salud pública de gran escala.