Cuando se pierde un perro, se pierde mucho más que una mascota. Se va un pedazo de la familia, un compañero fiel, una fuente diaria de amor incondicional. Y eso lo está viviendo en carne propia el influencer cubano Ariel Ramos, quien desde Estados Unidos lanzó un desesperado llamado a través de sus redes sociales para encontrar a su adorada perra África, desaparecida en Varadero.
Sí, estamos hablando del mismo Ariel que nos ha sacado carcajadas con sus ocurrencias junto a la inolvidable abuela Martha. Pero esta vez, el tono cambió. Con preocupación y nostalgia, compartió un mensaje desde el corazón: “Aún sigue perdida mi perra África, es una husky siberiana blanca y negra”. Desde lejos, sin poder estar en Cuba para buscarla, Ariel depende completamente del apoyo de sus seguidores y amigos en la isla.
África fue vista por última vez entre las calles 40 y 50 de Varadero, y por eso Ariel pidió que cualquier información sea enviada al número de contacto en Cuba de una amiga llamada Saily, al +53 5 5217272. “Por favor, si alguien sabe algo, avíseme”, rogó el creador de contenido, que no dudó en ofrecer una recompensa a quien le ayude a encontrar a su compañera de cuatro patas.
Para mover las emociones aún más, Ariel compartió un video antiguo, grabado cuando todavía vivía en Cuba. En él se le ve secándole el pelo a África después de un baño. Un momento cotidiano, pero que hoy toma otro valor, el de la añoranza, el de ese tipo de recuerdos que duelen cuando lo que amas no está.
Las redes no tardaron en responder. En medio de cientos de mensajes de apoyo, alguien le preguntó: “¿Otra vez?”, y Ariel respondió con una mezcla de impotencia y resignación: “¡Constantemente! Y no estoy ahí para colmo, para resolver los problemas…”. Su frase deja entrever que esta no es la primera vez que África se extravía, pero ahora, con él viviendo en EE. UU., todo se vuelve más complicado.
Y es que el amor por los animales no entiende de fronteras ni crisis. Ya hemos visto en Cuba a familias ofreciendo 100 dólares, 50 dólares e incluso un par de tenis a cambio de recuperar a sus perros. Porque cuando se trata de una mascota, se trata de familia. Y eso no se negocia.
La historia de Ariel Ramos y África nos recuerda que los animales ocupan un lugar gigante en nuestros corazones, y que ni la distancia ni las dificultades económicas impiden que hagamos todo lo posible por ellos. Ojalá esta historia tenga un final feliz y África vuelva pronto a casa.