Cuando uno piensa en travesuras de niños, lo primero que se imagina es crayones en las paredes o juguetes tirados por toda la casa… pero en Cuba, todo puede ir más allá, ¡incluso hasta los altares! Y eso fue justo lo que pasó con un pequeñín que se zampó las ofrendas de Eleguá como si nada, provocando carcajadas y ternura en miles de cubanos que vieron el video.
El momento fue compartido en TikTok por la usuaria @olo_oshun_ololoddi, quien no pudo más que grabar a su hijo comiéndose las palomitas que ella había colocado como parte del altar de Eleguá, una de las figuras más queridas y respetadas dentro de la religión afrocubana. “¿Y esto ahora? ¿En serio le estás comiendo la comida a Eleguá?”, le dice, entre incrédula y divertida.
Obviamente, el video no tardó en hacerse viral. Los comentarios se llenaron de anécdotas similares que conectan lo espiritual con lo cotidiano, mostrando cómo en muchos hogares cubanos los santos y los niños conviven con una naturalidad que enternece.
Una usuaria contó, entre risas y respeto, que su sobrino montaba a su Eleguá en un carrito y lo paseaba por toda la casa. Cuando ella lo regañó, tiempo después, durante un tambor, el orisha le mandó un mensaje clarito: “¿Quién eres tú para decirle a mi hijo que no juegue conmigo?”. ¡Para no reírse!
Otro comentario que se repitió con frecuencia fue el del niño que se tomaba el café de Eleguá, y así muchos más: dulces, caramelos, frijoles, lo que apareciera. Cada historia era más graciosa y tierna que la anterior, pero todas compartían algo en común: esa conexión casi mágica que tienen los niños cubanos con sus santos.
Al final, lo que parece una simple travesura termina siendo una postal viva de la religiosidad popular cubana: espiritual, familiar, divertida y muy de nosotros. Porque como dijo una seguidora en los comentarios: “Déjalo quieto, chica, que Eleguá se las está dando”.
Y es que si algo saben los cubanos, es que los orishas también tienen su lado juguetón. Y si el niño lo agarró con ganas, ¡es porque había permiso divino!