En un giro sin precedentes dentro del ámbito universitario cubano, el Consejo de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU) de varias facultades de la Universidad de La Habana alzó su voz este viernes para exigir la destitución inmediata del presidente y vicepresidente de la organización estudiantil por presunto abuso de poder y encubrimiento informativo.
Los estudiantes de Filosofía, Historia y Sociología, Matemática y Computación, Psicología, Biología y el Instituto Superior de Diseño se pusieron de acuerdo para enviar una carta al Secretariado Nacional de la FEU pidiendo la separación del cargo del presidente Hugo Fuentes Surduy y el vicepresidente Daniel Alejandro Corrales Ponce, por haber actuado —según denunciaron— de forma deliberada en contra de los acuerdos colectivos.
La gota que colmó la copa fue el manejo opaco de los acuerdos discutidos con ETECSA en el marco del polémico tarifazo, que ha generado un amplio rechazo popular. Los líderes estudiantiles acusados ocultaron información clave que se había pactado compartir con el resto de los alumnos de la universidad. Ni publicaron la postura oficial de la FEU sobre las tarifas, ni leyeron públicamente los acuerdos en el encuentro sostenido con la empresa estatal el 3 de junio.
Este escándalo, que deja al descubierto la desconexión entre los dirigentes de la FEU y la base estudiantil, se produce luego de que la organización presentara más de 40 “propuestas” a ETECSA en una reunión que muchos consideran una puesta en escena orquestada por el régimen para calmar las aguas tras la subida de precios.
Lejos de representar el verdadero malestar juvenil, los dirigentes parecían actuar como portavoces del oficialismo. Así lo demostraron figuras como Luis Yoel González, de la Universidad de Ciencias Pedagógicas, quien pidió “comprensión” con ETECSA, o José Alberto Almeida, de la FEU de La Habana, que elogió la “calidad técnica” de la empresa.
Mientras tanto, el estudiantado esperaba un posicionamiento firme, valiente, que denunciara sin medias tintas el carácter excluyente y elitista de unas tarifas que desconectan aún más a los jóvenes cubanos del acceso pleno a internet.
El comunicado enviado al Secretariado Nacional de la FEU invoca los artículos 225 y 239 del reglamento interno, exigiendo la separación temporal del cargo de Fuentes Surduy y Corrales Ponce, con posibilidad de reelección al cabo de un año. En él se deja claro que los estudiantes se sienten traicionados y manipulados por un liderazgo que prefirió proteger los intereses del monopolio ETECSA antes que alzar la voz en nombre de los afectados.
Este episodio marca un momento crucial en la historia reciente del movimiento estudiantil cubano, que demuestra estar perdiendo la paciencia con una estructura que en vez de representar sus derechos, parece haberse convertido en una extensión decorativa del Partido Comunista.
La juventud cubana, harta de consignas vacías y silencios cómplices, empieza a demostrar que no está dispuesta a seguir el juego. Lo que ocurrió en la Universidad de La Habana puede ser solo el inicio de algo mucho más grande: una rebelión desde dentro del sistema que ya no se traga el discurso oficial.