En medio del caos cotidiano que reina en la isla, otro crimen violento sacude a la comunidad cubana, esta vez en el municipio de Cárdenas, provincia de Matanzas. La Policía detuvo recientemente a Yojanner Silega Víctor, señalado como el autor del brutal asesinato de un cochero ocurrido en mayo pasado.
Según la versión oficial que circula en páginas afines al régimen —como la tristemente célebre “Con Todos la Victoria”—, el crimen tuvo lugar durante un intento de robo. El agresor habría atacado al cochero para robarle el caballo, pero la situación se tornó violenta y terminó con el hombre en el suelo, gravemente herido. Días después, falleció a causa de las lesiones.
Pero eso no es todo. A Silega también lo vinculan con hurto y sacrificio ilegal de ganado, otro reflejo del colapso económico y social que ahoga al país. La desesperación, la falta de ley y el abandono estatal están empujando a muchos a delinquir para sobrevivir, mientras la cúpula del poder sigue de viaje por Europa o inaugurando murales.
El crimen no da tregua en Cuba… ni el silencio oficialista
Este caso se suma a una ola creciente de violencia e inseguridad que ya no puede ocultarse, aunque los medios del régimen sigan maquillando cifras y disfrazando la realidad.
En octubre de 2024, Santiago de Cuba vivió una escena digna de película de terror: el asesinato del oficial Yorlandi Rodríguez Valenciano. Lo emboscaron con una trampa orquestada por una mujer cómplice. Su cadáver fue hallado entre yerbas y olvido. Detrás del crimen, dos hermanos conocidos como “Los Mellizos”, quienes fueron finalmente capturados.
Semanas después, esa misma ciudad fue sacudida por otro caso espeluznante: un asesino en serie que se dedicaba a matar custodios. Sus víctimas incluyeron al vigilante del Mercado Agropecuario «El Santiaguero» y a otro del bar «Café Continental». Incluso intentó asesinar a un tercero en “El Acuario”. Robos con fuerza, violencia desatada y un patrón que sembró miedo durante semanas.
El colapso del sistema judicial y el miedo colectivo
Para rematar, en febrero de 2025 Matanzas volvió a estar en el centro del horror con la detención de Yoandy Castro, presunto asesino de la maestra jubilada Esperanza Cabrera Melvin, de 75 años. La mujer había desaparecido en diciembre de 2024. Su caso quedó al descubierto cuando el sospechoso, borracho, se jactó del crimen diciendo que “le caería a batazos como a Esperanza”.
Cada uno de estos sucesos expone lo que el régimen se niega a admitir: la violencia en Cuba está fuera de control. Y no es solo culpa de “la crisis mundial” ni del “bloqueo”. Es el resultado directo de un sistema que ha desmantelado la justicia, aniquilado la institucionalidad y sumido al pueblo en la pobreza, la desesperación y el miedo.
Mientras Díaz-Canel repite discursos y los jerarcas comunistas viajan por Europa a cuerpo de rey, los barrios cubanos se convierten en tierra de nadie.
El pueblo, como siempre, queda a merced del crimen… y del olvido.