El Hipódromo de Marianao, ese emblemático lugar que alguna vez fue el orgullo de La Habana y un símbolo del glamour y la prosperidad cubana, hoy no es más que un recuerdo y unas ruinas que se caen a pedazos. Lo que antes fue un epicentro de diversión, carreras y grandes eventos, hoy se usa nada más como un almacén para autos de la empresa estatal Transimport, mientras sus estructuras visibles se desmoronan poco a poco, víctima del abandono y la desidia.
Este hipódromo, inaugurado el 14 de enero de 1915 y conocido oficialmente como Oriental Park, fue testigo de la época dorada de Cuba, reflejando esa Cuba republicana que soñaba y crecía con fuerza. Pero la llegada al poder de Fidel Castro marcó el fin de ese esplendor: en 1967 cerraron el hipódromo y desde entonces comenzó su lento ocaso.
Quien ha revivido esta triste historia en las redes es el cubanoamericano Miguel Grillo Morales, un apasionado de las carreras de caballos y la historia cubana. En Facebook compartió un video del creador Yasevids, junto a una reflexión dura pero muy cierta sobre el daño que la dictadura ha hecho al patrimonio de la isla. “El costo de la destrucción que el fidelísimo le ha dejado a la Isla de Cuba es incalculable. Nada se ha salvado de ese capricho totalitario. Aquí tienen el Oriental Park, uno de los hipódromos más hermosos de América, completamente destruido”, sentenció.
En sus mejores días, el Oriental Park no era cualquier lugar. Estaba ubicado entre las calles 102 y 114, desde la avenida 61 hasta la línea del tren de Guanajay, y podía albergar a 8,000 espectadores. Tenía gradas de lujo, establos, jardines cuidados y un club social exclusivo donde se hacían fiestas de todo tipo: bailes, bodas, quinceañeras. Era el centro del espectáculo y el entretenimiento.
Además, allí pasaron momentos históricos como la “pelea del siglo” de boxeo en 1915 entre Jack Johnson y Jess Willard, y fue escenario para estrellas de cine como Rita Hayworth y Kirk Douglas. También lo visitaron mafiosos legendarios como Lucky Luciano y Meyer Lansky, y todos los presidentes de la República al menos una vez. Hasta los barbudos de la Revolución posaron para fotos en enero de 1959, poco después de tomar La Habana.
Pero todo eso quedó en el pasado. Desde 1967, el hipódromo cerró sus puertas y lo que queda hoy son ruinas olvidadas. Cerca de allí, la Mansión Oriental, que hospedaba a jockeys y fanáticos, se mantiene en pie, aunque hecha un caserón deteriorado y ocupado por vecinos en condiciones precarias.
Lo que fue un motor económico y social para Marianao hoy es símbolo de abandono y decadencia urbana. El declive del Oriental Park es un reflejo del declive de una Cuba que perdió su rumbo y su brillo, y nos recuerda que cuando un país deja caer su historia y patrimonio, se empobrece no solo en lo económico, sino en su alma.
