¿Has visto alguna vez una sorpresa tan intensa que alguien literalmente se desmaya? Pues eso mismo le pasó a una mamá cubana cuando su hija, después de más de dos años fuera, regresó sin avisar. Sí, como lo lees: la emoción fue tan fuerte que la señora cayó al piso. Y todo quedó grabado en un video que ha tocado el corazón de miles.
La protagonista de esta historia es una joven identificada en redes como @lasmarycedeo. Después de 2 años, 5 meses y 11 días lejos de su tierra y de su familia, decidió que era momento de regresar… ¡pero sin avisarle a nadie! Grabó su entrada triunfal y el reencuentro con su madre fue tan inesperado que la señora, apenas la vio, se desplomó de la impresión. No por un susto, sino por una sobredosis de emoción.
“Mi regreso a casa y los brazos de mi madre después de 2 años, 5 meses y 11 días. Gracias Dios por tanto”, escribió Lasmary junto al video. Las imágenes no necesitan explicación: una madre que no se lo podía creer, un grito contenido, y de pronto… se va al suelo.
Como era de esperarse, las reacciones no se hicieron esperar. Algunos usuarios no sabían si llorar de ternura o preocuparse por el impacto emocional de este tipo de reencuentros. “Lasmary, pero cómo se te ocurre llegar de sorpresa”, le comentó una seguidora, claramente con el corazón en la garganta. Otra fue más directa: “No hagan eso. En Cuba se vive con mucho estrés y una sorpresa así es demasiado fuerte para los padres”.
La misma Lasmary, después del susto, admitió que no lo haría más. “Así mismo, no lo hago más nunca”, respondió entre risas y alivio en los comentarios. Porque sí, la emoción fue genuina, pero también hubo un sustico que nadie quería repetir.
El video generó una ola de nostalgia y empatía. Muchos cubanos en el exilio se sintieron identificados, recordando lo que es pasar años sin poder abrazar a una madre. “Yo voy por cuatro años y medio”, escribió alguien entre lágrimas virtuales.
Al final, lo que queda claro es que el amor de madre no tiene fronteras, ni distancias. Y que para muchos cubanos, regresar al hogar es mucho más que un viaje: es un reencuentro con la vida, aunque venga con desmayos incluidos.