En pleno 2025, en una isla que presume de avances y resistencia, hay cubanos que todavía cruzan ríos en cayuca para llegar al trabajo, a la escuela o al médico. Así lo mostró la influencer cubana Kary Sánchez (@kary_y_jony) en un video que ha sacudido las redes, donde documenta la desgarradora realidad de la comunidad de Boca de Miel, en Baracoa, que lleva más de ocho meses incomunicada por tierra desde que el huracán Óscar arrasó el puente que los conectaba con el resto del mundo.
“Esta comunidad vive aislada en Cuba”, dice Kary mientras rema en una pequeña embarcación improvisada, la única opción para cruzar el río Miel, siempre que el botero esté disponible y el clima no se torne bravo. Cinco pesos cuesta el viaje, pero lo que está en juego va más allá del dinero: es la dignidad de todo un pueblo olvidado por el sistema.
En el video se pueden ver los restos del puente destruido y un camino de madera podrido, por donde cada día pasan niños, ancianos y trabajadores, jugándose el pellejo para seguir con sus rutinas. “Desde el huracán, esto quedó así, y nada más han hecho”, lamenta la joven.
Una realidad silenciada que ahora se hace viral
Los comentarios no se hicieron esperar. “Es fuerte”, escribió un usuario. Otros señalaron el abandono con frases como: “Muy lindo el lugar, pero dejado a su suerte”, o lo compararon con Cayo Granma en Santiago de Cuba, otro ejemplo del abandono estatal. Muchos agradecieron a Kary por mostrar lo que los medios oficiales ocultan: la otra cara de la isla, esa que no sale en los spots de turismo ni en los discursos revolucionarios.
Pero Kary no se queda callada. En otro clip reciente, ya había lanzado una frase que lo dice todo: “Baracoa es una ciudad descolorida y abandonada a su suerte.” Hoteles cerrados, apagones eternos y una juventud sin esperanzas dibujan el escenario de un pueblo que resiste más por instinto que por confianza en el gobierno.
Crisis humanitaria a orillas del río Miel
Según denuncias recientes, más de 500 personas siguen aisladas en Boca de Miel sin que las autoridades hayan anunciado ni una fecha, ni un plan, ni una intención clara de reconstruir el puente. Mientras tanto, la gente se juega la vida cruzando por un tablón podrido, y la única embarcación disponible tiene horarios limitados y mil regulaciones absurdas.
Vecinos han contado que está prohibido cruzar de noche y que al cayuquero le exigen chalecos salvavidas y otros implementos que no puede costear. “Si alguien se enferma después de las seis, no hay cómo cruzarlo. El bote no puede navegar de noche, así de simple”, dijo una residente visiblemente indignada.
Como si fuera poco, el puente improvisado de madera instalado en Baracoa tampoco da confianza. En plena temporada de lluvias, el temor es que se venga abajo en cualquier momento. Pero el régimen está muy ocupado organizando ferias del turismo y apagando incendios diplomáticos, como para prestarle atención a una comunidad campesina en la punta oriental del país.
Una postal del abandono nacional
Lo que ocurre en Boca de Miel no es un caso aislado. Es un reflejo crudo de la Cuba real, esa que vive bajo un gobierno sordo, ciego y ausente, mientras la propaganda sigue vendiendo la idea de una isla que cuida a su gente. La verdad es que muchos cubanos sobreviven sin luz, sin agua, sin puentes… y sin esperanza.
Y es gracias a voces como la de Kary Sánchez que el mundo puede ver lo que en Cuba se tapa con pancartas y promesas huecas. Porque si algo queda claro, es que en Boca de Miel, como en tantos otros rincones del país, el pueblo sigue resistiendo a pesar del abandono, no gracias a él.
