El boxeo profesional volvió a estremecer a la comunidad cubana este 27 de junio, cuando el púgil Darian Favier Castro, conocido como “The Intocable Darian”, fue trasladado de urgencia al hospital tras recibir varios golpes ilegales en la cabeza durante una pelea celebrada en Arizona, bajo el cartel de la Team Combat League.
El rival, el estadounidense Jacob Macalolooy, ignoró las reglas del deporte y le propinó al cubano una serie de impactos en la parte trasera del cráneo, zona totalmente prohibida por el reglamento. A pesar de la violencia y la deslealtad del contrincante, Darian se impuso con coraje y logró llevarse la victoria… pero a un alto costo.
“Sentí los mareos, y pa’ urgencias directo”
Al terminar el combate, los síntomas no tardaron en aparecer. Darian comenzó a sentirse aturdido, con mareos peligrosos que hicieron sonar todas las alarmas. Fue entonces cuando lo sacaron del ring y lo llevaron en ambulancia para recibir atención especializada.
Desde la camilla del hospital, el joven boxeador compartió una imagen y un mensaje sincero que caló hondo entre sus seguidores: “Es increíble cómo puede cambiar tu vida de un minuto a otro”, escribió. También subió un video donde se ve claramente el momento en que Macalolooy lo golpea de forma antirreglamentaria, mientras el árbitro brillaba por su ausencia.
“Gracias a Dios todo salió bien y estoy en perfectas condiciones”, aseguró, aunque el susto fue grande y dejó huella.
Una victoria que dejó un sabor amargo
Con un historial de 19 victorias y solo 2 derrotas, Darian es uno de esos talentos cubanos que ha sabido ganarse su espacio en el extranjero. Pero esta vez, el triunfo vino empañado por la falta de ética en el cuadrilátero y la pasividad de los oficiales, que tardaron demasiado en intervenir.
“Después de varios golpes ilegales y de decirle al árbitro lo que estaba haciendo el otro peleador, comencé a sentir mareos…”, contó en redes sociales. Su mensaje fue claro: no basta con ser fuerte en el cuerpo, también hay que tener reglas claras y árbitros valientes.
Indignación, apoyo y recuerdos tristes
Las redes se llenaron enseguida de mensajes de apoyo y preocupación. Muchos expresaron su alivio por la recuperación del joven, pero no faltaron las voces que exigieron mayor control sobre los combates.
“Cuídate mi niño, que esos rivales sucios están en todas partes”, comentó una seguidora. Otro agregó: “Me parte el alma ver esto. Son cosas del boxeo, sí, pero hay que respetar. Un asere no se trata así en el ring”.
Varios internautas recordaron el caso del puertorriqueño Prichard Colón, quien en 2015 sufrió una lesión cerebral irreversible producto de una pelea en la que también fue golpeado ilegalmente sin que el árbitro actuara a tiempo. Un paralelismo que duele y preocupa.
¿Quién cuida a los que suben al ring?
Este nuevo episodio vuelve a encender las alarmas sobre la seguridad en el boxeo, sobre todo cuando se trata de peleadores latinoamericanos que, como Darian, vienen de abajo y luchan con el corazón en la mano.
No basta con celebrar los nocauts o las victorias. Hace falta responsabilidad, supervisión, y árbitros que no se queden mirando como si no pasara nada. La vida de un atleta no puede depender de si alguien quiere o no aplicar el reglamento.
Darian lo dijo sin dramatismos, pero con una fuerza brutal: “Un minuto te cambia la vida”. Y por suerte, esta vez, la vida le dio una segunda oportunidad.