¡La Habana está que arde! Y no precisamente por el sol que la derrite. Resulta que en San Miguel del Padrón, un barrio del que muchos han escuchado pero pocos se atreven a caminar solos de noche, se armó tremendo espectáculo cuando un grupo de vecinos decidió atrapar por sus propios medios a una presunta ladrona que, al parecer, ya tenía a medio barrio hasta el último pelo de la paciencia.
Todo comenzó con una escena digna de una película… pero versión cubana, claro. Un video empezó a correr como pólvora en redes sociales, y de pronto medio mundo estaba opinando sobre lo que había pasado, indignados, asombrados o simplemente dejando volar la lengua sobre el caos en que anda el país.
¿Y qué se ve en el dichoso video? Una joven, con cara de pocos amigos, caminando mientras alguien la agarra del pelo y la mantiene amarrada por la cintura con algo que parece una soga… o quién sabe si un cable eléctrico reciclado. Alrededor, la gente miraba con cara de “¡Ay, madre!” y cuchicheaba sin parar, todos queriendo saber el chisme completo.
Según contó uno de los presentes, la muchacha no era ninguna santa: supuestamente se había tumbado 7,000 pesos y ya venía sonando en el barrio por otras fechorías. Al parecer, los vecinos dijeron “¡hasta aquí!” y se unieron para darle caza por su cuenta, sin esperar por policía ni nada.
Y aquí es donde empieza el gran dilema: ¿fue esto justicia popular o pura desesperación social? Porque sí, hay quienes aplaudieron a los vecinos por protegerse ellos mismos. Pero también están los que se horrorizaron al ver la violencia y la humillación pública, criticando que las autoridades ni se aparecieran por la escena.
La verdad es que este no es un hecho aislado. En los últimos tiempos, se ha vuelto casi común ver videos de cubanos haciendo justicia por sus propias manos. Y no es que la gente tenga alma de justiciero, sino que la policía brilla por su ausencia o llega cuando ya todo el mundo se fue para su casa.
En redes sociales, los comentarios reflejan el caos emocional que vive el país. Algunos señalan que la culpa es de un sistema que ha dejado a la juventud sin esperanzas ni opciones. Como dijo uno: “Todos saben quiénes tienen la culpa de que la juventud solo se dedique a hacer cosas malas… no tienen ningún medio de diversión ni una motivación”.
Otros, en cambio, simplemente se rinden ante la realidad: “Esto ya está fuera de control y no creo en la revolución porque nunca me ha dado nada”. Frase lapidaria, si me preguntas.
Pero también hay voces que llaman a cambios más profundos: “Hay algo que se llama dignidad, honor, patriotismo… y eso en ese pueblo está castrado hace años”. Y, como siempre, no falta quien eche toda la culpa a la familia de la chica: “Sus familiares son los responsables, que se pongan a trabajar”.
Por si fuera poco, el tema de las drogas mete todavía más miedo en el cuerpo. Muchos aseguran que en San Miguel del Padrón lo que sobra son vendedores de “químico” y otras sustancias, y que eso es parte del cóctel explosivo que está pudriendo las calles. Basta leer comentarios como “ese San Miguel está lleno de vendedores” o “el Químico está acabando” para darse cuenta de que la delincuencia, la frustración y la droga forman un triángulo mortal.
Mientras tanto, la gente sigue grabando videos, soltando opiniones encendidas y esperando que, algún día, todo esto deje de parecerse tanto a un reality show… aunque, sinceramente, pinta para largo.