En medio del colapso económico que vive Cuba, donde cada día cuesta más estirar el salario hasta fin de mes, una joven residente en la Isla ha encendido las redes con una declaración que ha dejado a muchos con la ceja levantada: según ella, con 500 pesos cubanos se puede vivir una semana… si uno se administra bien.
El video, publicado en TikTok por la usuaria @danay.jorjito1, ha causado revuelo. Con tono relajado y muy segura de sí misma, la joven asegura que si no sales a “especular” y solo visitas a tu familia, ese dinero da perfectamente. Según ella, todo está en saber medirse y no gastar por gusto. “Mi amor, con 500 vas con confianza”, dice, como si hablara del último combo del agro.
Según su lógica, mientras uno economice en la comida y evite gastos innecesarios, no hay problema. “Por muy cara que esté la vida, tampoco es que vas a botar 80.000 pesos en dos días”, remata en su defensa, como si en la Isla alguien pudiera siquiera soñar con tener esa suma.
Pero las reacciones no se hicieron esperar. Muchos usuarios le salieron al paso, no solo para cuestionar su optimismo, sino para bajarla de la nube con la cruda realidad: hoy en Cuba, 500 pesos no alcanzan ni para una libra de arroz con un pomo de aceite y un cartón de huevos incompleto.
La indignación es comprensible. Con una inflación que no da tregua, el peso cubano hundiéndose cada día más frente al dólar, el euro y el MLC, y con los precios del mercado informal que parecen sacados de un chiste cruel, decir que se puede “vivir” con 500 pesos suena, como poco, desconectado de la realidad.
Más que una simple opinión personal, el video se convirtió en termómetro del momento que vive el país: una nación donde sobrevivir se ha convertido en deporte extremo, y donde la mayoría vive haciendo malabares con salarios que no alcanzan ni para cubrir lo más básico.
Este tipo de mensajes, aunque intenten dar una visión positiva, terminan resaltando aún más la profunda crisis que atraviesa el pueblo cubano, y cómo el discurso de “ajustarse el cinto” se ha normalizado tanto que ya ni asombra.
Porque sí, la escasez ha obligado a muchos a aprender a estirar lo poco que entra a la casa. Pero una cosa es sobrevivir a punta de creatividad y sacrificio, y otra muy distinta es romantizar la pobreza como si fuera un talento.
Mientras algunos defienden la idea de que todo es cuestión de organización, la mayoría sigue viendo cómo el día a día se les va entre apagones, colas interminables, alimentos carísimos y una moneda que vale cada vez menos.
En definitiva, lo que para algunos es “saber administrarse”, para otros es simplemente resignarse a vivir en la miseria. Y eso, por más que se diga entre sonrisas frente a una cámara, no es motivo de orgullo, sino la más clara muestra del fracaso del sistema que nos trajo hasta aquí.
