Mientras el cubano de a pie se parte el lomo para conseguir un paquete de pollo o una pastilla para el dolor, por las calles de La Habana apareció como caído del cielo un MG Cyberster, un carro eléctrico de lujo que parece más sacado de una película futurista que de la cruda realidad de la isla.
El video del bólido —captado por el canal de TikTok @cuba_autos— muestra al MG Cyberster deslizándose por una avenida habanera al atardecer, como si nada. Luces traseras en forma de flecha, diseño bicolor y un estilo aerodinámico que deja a cualquiera con la boca abierta. Lo que para muchos países es símbolo de modernidad y poder adquisitivo, en Cuba se convierte en un espectáculo surrealista.
Este convertible eléctrico, fabricado por la británica MG bajo control del gigante chino SAIC Motor, es una joya tecnológica que apenas salió al mercado internacional en 2023. Con más de 500 caballos de fuerza, puede arrancar de 0 a 100 km/h en solo tres segundos. En resumen: una bestia silenciosa que corre como un demonio, compitiendo de tú a tú con Tesla y otros gigantes del sector.
Y ahí está, rodando por La Habana como si el embargo, los apagones y el hambre no existieran.
¿Cómo llegó un carro así a un país donde ni las ambulancias tienen piezas de repuesto? Nadie lo sabe con certeza. El dueño sigue siendo un misterio, pero lo que sí está claro es que este tipo de adquisiciones no está al alcance del cubano promedio. La teoría más lógica es que fue importado por alguien con mucho acceso a divisas y más de un amigo bien colocado en las alturas del poder. Porque si bien el gobierno ha flexibilizado algunas normativas de importación, los aranceles siguen siendo de infarto y los trámites, un laberinto burocrático al que solo unos pocos saben entrar… y salir.
Lo que este carro ha destapado no es solo envidia o asombro. Ha sido como echarle gasolina al fuego de la indignación. En un país donde el salario no alcanza ni para sobrevivir, ver un MG Cyberster en plena capital es un insulto con ruedas.
Las redes sociales explotaron: “¿Cómo es posible que haya esto en Cuba y la gente no tenga ni pan?”, se preguntaba un usuario. Otros comentaban con sarcasmo: “Después dicen que aquí todo está mal, pero mira esos carros…” y uno soltó directo al pecho: “Esto no es progreso, esto es la burla de los ricos sobre el hambre del pueblo.”
El MG Cyberster no es el primer carro de lujo que se ve en la isla, pero sí es uno de los más exclusivos. Su aparición vuelve a poner en evidencia la profunda brecha entre la élite del poder —o quienes orbitan cerca de ella— y el resto de los cubanos, que sobreviven como pueden entre apagones, escasez y promesas vacías.
Mientras en los barrios se cocina con leña y se pelea por un paquete de leche en polvo, hay quienes se pasean en autos de más de 70 mil dólares como si vivieran en Miami. Pero esto no es Miami. Esto es Cuba, donde el lujo de unos pocos resalta cada vez más la miseria de los muchos.
Y así seguimos, con el pueblo echando pulso en la bodega y los privilegiados acelerando a 100 en tres segundos, en una pista de injusticia donde siempre gana el que tiene conexiones… no el que trabaja.