En Santiago de Cuba pasó algo que no se veía desde hace tiempo: un abuelo de 80 años fue sometido a una intervención cardíaca nunca antes realizada en toda la región oriental de la isla. Sí, así como lo lees, una operación inédita que salvó a este paciente sin necesidad de una cirugía a corazón abierto.
El Hospital Provincial Clínico Quirúrgico Docente “Saturnino Lora Torres” compartió la noticia en Facebook y explicó que este hombre sufría un combo complicado: una enfermedad valvular mitroaórtica mezclada con una cardiopatía isquémica esclerodegenerativa. Por si fuera poco, además tenía insuficiencia cardíaca crónica agravada por estenosis aórtica severa y una insuficiencia mitral que iba de ligera a moderada. En resumen, el corazón estaba pasando por un lío serio.
La cirugía a corazón abierto era demasiado arriesgada para el abuelo y, para colmo, sus familiares no la querían aceptar. Así que los médicos del Cardiocentro decidieron aplicar una técnica nueva para la zona: la valvuloplastia aórtica con balón, que es mínimamente invasiva y nunca antes había sido usada en ese lugar para tratar esta condición.
Lo más impresionante es que esta operación fue planificada por un grupo de especialistas de varias generaciones, trabajando en equipo para lograr un procedimiento súper preciso. Y todo esto en medio de la escasez crónica de insumos y recursos que afecta a los hospitales cubanos, y con la presión del tiempo encima.
El procedimiento tuvo lugar en el Laboratorio de Hemodinamia del Cardiocentro, con cardiólogos, anestesiólogos, intensivistas, enfermeros y técnicos especializados trabajando juntos. Gracias a esto, el paciente ahora está estable, sin complicaciones y mostrando una recuperación bastante buena: respira mejor, habla con fluidez y continúa bajo observación médica.
Este tipo de historias resaltan en medio del colapso del sistema de salud en Cuba, donde la falta de recursos, tecnología obsoleta y personal agotado son la norma. Pero aun así, médicos cubanos siguen logrando verdaderas hazañas.
Por ejemplo, hace poco un equipo del Hospital Infantil Sur de Santiago de Cuba logró extirpar con éxito un raro quiste cerebral a un adolescente de 15 años, en una cirugía que duró más de cinco horas y sin contar con los equipos que serían estándar en otros países.
Y apenas una semana después, otro caso demostró la dedicación de estos profesionales: un niño de 12 años, atropellado por un motorista, logró recuperarse tras recibir atención especializada en el Hospital Infantil Norte.
Estas historias son la prueba de que, a pesar de las dificultades, la medicina cubana sigue dando pelea y salvando vidas, muchas veces en condiciones que parecerían imposibles para otros.