Si creías que en Cuba ya lo habías visto todo, prepárate para esta historia que te pondrá los pelos de punta. Y es que, aunque un cementerio debería ser un lugar de paz y descanso, el de San Rafael, en la ciudad de Colón, Matanzas, parece sacado de una película de terror. Construido en los años 20, este camposanto hoy es puro abandono: huesos al aire, osarios abiertos, capillas hechas polvo y un ambiente tan insalubre que cualquiera saldría corriendo. ¡Y lo peor es que lo reveló la misma prensa oficialista!
Las imágenes que se han hecho virales aparecieron en el Facebook del Periódico Girón, junto al reportaje que sacó a la luz este drama. En las fotos se ven escenas que nadie querría encontrar en un cementerio: tumbas abiertas, huesos humanos expuestos al sol, escombros por todas partes y un panorama general de puro deterioro. Y pensar que este lugar debería ser símbolo de respeto y memoria… ¡da hasta escalofríos!
En el reportaje, el exsepulturero Jesús Agustín Fleites Martínez suelta la bomba: cuenta cómo, en sus tiempos, las exhumaciones se hacían con guantes, alcohol y osarios que la empresa proveía. Pero hoy, dice, los sepultureros ni siquiera tienen lo básico para trabajar y, por si fuera poco, deben conseguir los osarios por su cuenta… ¡y a precios imposibles! Una situación, según él, totalmente insostenible.
Por su parte, Luis Alberto Fernández González, quien administra el cementerio, reconoce lo mal que están las cosas. Y cómo no, si solo tienen 14 trabajadores de los 19 que deberían cubrir las plazas, y con un salario que apenas llega a 2,600 pesos al mes. Con esa miseria, mantener el cementerio en condiciones dignas es casi misión imposible.
La inspectora de Higiene, Gladys Rodríguez Reyes, no se quedó callada y confirmó lo que se ve en las imágenes: el cementerio no cumple ni con los requisitos sanitarios más básicos. No hay instalaciones para la higiene del personal, los utensilios están hechos leña y, para colmo, la falta de cercado permite que entren animales y personas ajenas, empeorando aún más la situación. La basura se acumula, los mosquitos hacen fiesta y el lugar se ha convertido en un auténtico riesgo para la salud pública.
Y como si faltaran desgracias, el reportaje recoge los testimonios de familiares desesperados. Ana, por ejemplo, dice que es “desgarrador” ver el estado en el que está el cementerio. Y Sergio cuenta algo que suena a crimen: durante la pandemia de COVID-19, robaron piezas de una bóveda colectiva recién construida para las víctimas del virus. ¡Es que ni los muertos tienen paz!
Aunque han prometido reparar la cerca perimetral y el área de cremación, la realidad es que los problemas siguen ahí, tras años y años de abandono. Algunos vecinos proponen trabajos voluntarios y campañas para educar sobre el valor patrimonial del cementerio, pero también exigen que la Empresa de Servicios Necrológicos y el gobierno municipal se pongan las pilas y asuman la responsabilidad de mantener el lugar como es debido.
Y ojo, que San Rafael no es el único cementerio cubano en ruinas. En febrero de 2025, la denuncia sobre el cementerio de Guantánamo dio mucho de qué hablar, cuando un video mostró tumbas abiertas, maleza que parecía selva y un hedor que, según dicen, se sentía a metros de distancia. Y, para rematar, en diciembre pasado salió a la luz otro escándalo en el cementerio del poblado de Felton, en Holguín, donde un árbol caído llevaba meses encima de varias tumbas… ¡y nadie lo ha quitado!
Definitivamente, en Cuba ya ni los muertos pueden descansar tranquilos. Y mientras tanto, los cementerios siguen cayéndose a pedazos, testigos silenciosos de un abandono que parece no tener fin.