¡Tremendo revuelo se ha formado en Florida! Un cubano, cuyo nombre sigue siendo todo un misterio, fue arrestado nada menos que en Hollywood (no el de las estrellas, sino el de Florida). Y ojo, no estamos hablando de delitos menores: el hombre carga un historial más largo que una novela de misterio, incluyendo secuestro, abuso sexual a un menor, hurto mayor y un montón de arrestos por otros delitos menores. ¡Vaya prontuario!
Resulta que este ciudadano cubano estaba en la mira de las autoridades migratorias porque, además de sus delitos, tenía encima una orden final de deportación. No es poca cosa. Su captura fue parte de un operativo que suena como sacado de una serie policiaca: “una operación de cumplimiento de la ley dirigida a combatir a delincuentes extranjeros”. Así lo explicó Michael W. Banks, jefe de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos (USBP), quien no tardó en soltar la noticia en la red social X.
Y es que este hombre no solo ha sido condenado por actividad sexual ilegal con un menor, sino también por secuestrar a un niño, cometer hurto mayor y otros delitos que hacen temblar a cualquiera. Según las autoridades, ya está bajo custodia y, por supuesto, le van a aplicar la orden de deportación definitiva. ¡La justicia sigue su curso!
Pero ojo, que este arresto no es un caso aislado. Al contrario, forma parte de una oleada de detenciones de cubanos en Estados Unidos, lideradas por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) y otras agencias federales y estatales. Todos estos operativos apuntan a sacar del país a individuos considerados “lo peor de lo peor”. Así, sin anestesia.
Entre los casos recientes también está Vladimir Blanco Menéndez, otro cubano, de 45 años, arrestado en Miami por ICE. A este le cayó encima la ley por haber cometido actos sexuales ilícitos con una menor en el condado de Palm Beach, Florida. Y por si fuera poco, otro cubano, Gaspar Minardo Velázquez Ávila, de 64 años, fue detenido también en Miami. Su historial incluye múltiples agresiones sexuales contra menores de edad. ¡La cosa está caliente!
Todos estos inmigrantes ilegales detenidos por ICE, especialmente aquellos condenados por delitos graves, están pasando por procesos para ser deportados. Aunque, claro, no todo es tan sencillo como agarrarlos y montarlos en un avión. Muchos países, incluyendo Cuba, se niegan a recibirlos de vuelta, lo que obliga a EE. UU. a buscar soluciones alternativas. Incluso han llegado a deportar a dos cubanos a Sudán del Sur, un país catalogado de alto riesgo. ¡Imagínate el nivel de lío!
Y aquí entra un dato que deja a cualquiera con la boca abierta: nada menos que 42,084 cubanos están en EE. UU. con órdenes finales de deportación, pero bajo un régimen de libertad supervisada. Y es que La Habana no quiere saber nada de recibir de vuelta a los que salieron antes de 2017 o que tienen historial delictivo. Eso tiene al Departamento de Seguridad Nacional (DHS) rompiéndose la cabeza para ver qué hace.
Como si esto no fuera suficiente, el 23 de junio la Corte Suprema de Estados Unidos echó más leña al fuego. Fallaron a favor de que se reanuden las deportaciones a terceros países, sin siquiera dar aviso previo ni chance de presentar objeciones. ¡Un giro radical en plena tensión migratoria!
Así que ya ves, el arresto de este cubano en Florida no es solo una noticia más. Es el reflejo de un tema migratorio complicado, cargado de tensiones políticas y de historias escalofriantes. Mientras tanto, las autoridades siguen cazando a quienes consideran peligrosos, aunque deportarlos siga siendo un rompecabezas gigante.