Si pensabas que el mayor peligro al viajar por Cuba eran los apagones o quedarte sin combustible, prepárate para sumar algo más a la lista: ¡los baches de la Carretera Central! Una pareja cubana, conocida en Instagram como losaventurerosgarcia, se ha encargado de mostrarle al mundo el estado lamentable de una de las rutas más emblemáticas y transitadas del país. Y lo que enseñaron da más miedo que cualquier película de terror.
Estos intrépidos viajeros compartieron varios videos en su cuenta de Instagram donde exponen, sin filtros, el desastroso estado de la Carretera Central. Y no hablamos de uno que otro huequito: son cráteres que parecen sacados de un paisaje lunar, tramos que parecen caminos de cabras y un abandono tan grande que es imposible ignorar. La seguridad vial, obviamente, se va directo al piso.
“¡Aventureros! Miren esto. Parece que vamos intrincado, intrincado por el monte más grande del mundo, por la carretera más mala del mundo”, dice uno de ellos, entre risas y resignación, mientras la cámara muestra el terreno lleno de baches gigantes. Estaban recorriendo un tramo entre Santa Clara y Cabaiguán, en Sancti Spíritus, y, sinceramente, parecían estar cruzando un campo minado.
Cada metro que avanzan en la moto es casi una proeza. Se les nota el esfuerzo para esquivar huecos tan hondos que cualquiera podría perder la rueda completa ahí dentro. “El carrito ese que va alante a nosotros no sabía por dónde coger”, comenta el aventurero, reflejando perfectamente el drama que es transitar por esa vía. Imagina el estrés constante de no saber si tu vehículo saldrá entero del viaje.
En el video, los cubanos explican que la Carretera Central ha quedado totalmente relegada, porque casi todo el mundo prefiere la Autopista Nacional… aunque, según dicen, esa tampoco se salva del deterioro. “La autopista es lo que más se utiliza, pero también está mala. Esta se ha puesto peor todavía”, cuentan, dejando claro que el caos vial es generalizado.
Uno de los momentos más tristes del recorrido es cuando muestran los antiguos hitos kilométricos, esas señales que marcaban con precisión las distancias en la Carretera Central. “Esto sí tiene los kilómetros exactos, pero el problema es que no se ve. Ya no se ve, ya, compadre”, dicen, con una mezcla de nostalgia y frustración. Es como si hasta la memoria de la carretera se estuviera borrando.
El relato de estos aventureros está lleno de ironía y humor, pero también de cansancio. Porque no es solo la carretera: es vivir en un país donde las cosas básicas están al borde del colapso. “Entre los apagones y los huecos de la carretera, esto es un problema total”, sueltan en el video, y es imposible no asentir con la cabeza.
Aunque no se trata de una denuncia directa, el video se enmarca en las publicaciones que esta pareja hace por hobby. Les encanta recorrer caminos, grabar sus aventuras y mostrar rincones de Cuba a los cubanos que viven fuera y que sienten nostalgia. Pero, esta vez, el deterioro de la carretera habla por sí solo. Las imágenes gritan más fuerte que cualquier discurso.
La Carretera Central, inaugurada en los años 30 bajo el mandato de Gerardo Machado, fue durante décadas la espina dorsal del país, conectando occidente y oriente. Su punto cero está nada menos que en el Diamante del Capitolio. Hoy, según testimonios como el de estos viajeros, es simplemente otro símbolo del deterioro que sufre la infraestructura cubana, sin mantenimiento ni solución a la vista. Y mientras tanto, miles de cubanos siguen jugando a esquivar baches en el que alguna vez fue el orgullo vial de la nación.