Estamos acostumbrados a ver a Milenita soltando carcajadas, echando su relajo y enfrentando el hate con humor. Pero esta vez, la influencer cubana sorprendió con un gesto poco común: dejó a un lado las bromas para enviar un mensaje directo y lleno de corazón a sus paisanos, especialmente a los que están pasando un mal momento fuera de Cuba, sobre todo en Estados Unidos.
El momento fue compartido en redes por Dairon Cano, otro creador de contenido cubano que siempre anda dándole voz a las historias reales de los migrantes. El encuentro entre ambos ocurrió en una playa de Florida, y ahí, con el mar de fondo, Milenita soltó palabras que muchos necesitaban escuchar.
Dairon la presentó como lo que es: una figura querida por muchísimos cubanos por su manera sincera y sin poses. Entonces le pidió que dijera algo para los que están atravesando procesos migratorios complejos como el I-220A, I-220B o el parole humanitario. Y Milenita, sin vueltas, dijo:
“Que estén tranquilos, que todo se va a resolver y que pronto todo va a volver a la normalidad. Van a poder tener sus papeles y todo va a estar tranquilo. Así que estén fuertes.”
¡Boom! Un mensaje corto, sin florituras, pero con un peso tremendo. La respuesta no se hizo esperar. El video se llenó de comentarios de cubanos que se sintieron identificados y, sobre todo, acompañados en medio del caos migratorio que muchos viven en carne propia.
En los comentarios, hubo de todo: testimonios dolorosos como el de un usuario que dijo “Soy I-220A y el juez me dio deportación”, y otros que simplemente agradecieron: “Tantos que la han criticado y mira, ha sido la única que ha tenido los pantalones de ayudar”.
Desde Rumanía, una cubana escribió: “Milenita es una muchacha muy sana y con un lindo corazón. Bendiciones desde Romania”. Y otro mensaje directo al corazón decía: “Gracias, Dairon. Tú eres una gran persona. Siempre apoyando a los I-220”.
También hubo quien ya no aguanta más: “Los I-220A no podemos más”, escribió una usuaria. Pero la mayoría fueron mensajes de gratitud: “Dios los bendiga”, “Ustedes sí son especiales”, “Primero influencer que veo con empatía”. Porque sí, hace falta más de eso: empatía.
Y no es la primera vez que Milenita se sale del molde. En mayo, después de recibir burlas por grabar frente a su antigua casa de madera en Cuba, ella respondió con orgullo:
“No me da vergüenza grabar delante de mi casa de madera. Esa fue mi casita durante tantos años. Eso no es vergüenza, eso es un honor.”
¡Qué clase de respuesta!
También se viralizó por tomarse con humor un comentario ofensivo sobre su boca. En vez de molestarse, publicó un video diciendo: “Me quiero poner la boca más grande”. Así, sin drama, mandó al bullying a volar.
Por su parte, Dairon Cano sigue en su trinchera, dándole espacio a historias de cubanos que luchan por salir adelante. Como la de Yasmeli, una emprendedora en Miami que abrió su salón de belleza y fue víctima de un robo el mismo día de la inauguración. Dairon no solo muestra estos casos, los acompaña, les da visibilidad y esperanza.
Volviendo al video, Milenita no exagera ni dramatiza. Habla con calma, con sencillez, con eso que conecta cuando las palabras son honestas. “Todo se va a resolver, todo va a volver a la normalidad”, repitió. Y en medio de tanta incertidumbre, ese mensaje valió oro.
Cerraron el clip brindando con una frase que lo resume todo: “Salud y bendición”. Porque aunque no resuelvan los papeles, sí regalaron algo escaso en estos tiempos: un poco de aliento real.