El influencer cubano Kenny Robert no se dejó pisotear ni por un segundo y respondió con clase, inteligencia y mucho flow al ataque homofóbico que le lanzó Ultrack en una directa reciente. Mientras uno escupía veneno, el otro tiró flores, verdades y una lección de autoestima que dejó claro quién está realmente en paz consigo mismo.
Todo arrancó cuando Ultrack, en una transmisión en vivo, soltó tremenda falta de respeto llamando a Kenny “pájaro prieto” y comparándolo con otro creador de contenido, Oyacito, usando un tono claramente burlón y cargado de prejuicio. Pero lejos de engancharse en la pelea sucia, Kenny optó por responder con altura.
“Este video me lo han mandado por todas partes. No todo el mundo me tiene que ver lindo ni económico, pero ya decir que soy un churre… eso sí que no lo acepto”, comenzó diciendo el influencer, con esa mezcla de serenidad y fuerza que lo caracteriza.
“No voy a permitir que nadie venga a denigrarme”, sentenció Kenny, dejando claro que la dignidad no se negocia ni con los más ruidosos de las redes.
Pero no se quedó solo en la defensa personal. Kenny le devolvió el golpe con inteligencia emocional, lamentando que la inseguridad de Ultrack lo lleve a proyectar su frustración en otros. “Hasta me halaga que tomes tu tiempo para hablar de mí, aunque no haya sido con cariño ni elegancia. La belleza no está en el espejo, está en el trato, en las palabras, en la presencia. Y a ti, sinceramente, te deseo luz… porque sé que te falta”, soltó sin levantar la voz, pero dejando un golpe seco donde más duele.
En su mensaje también habló del respeto que tiene por su trabajo, de su amor propio y del valor de tratar a los demás con humanidad. “Qué pena que tengas que hablar así de mi físico o mi orientación como si eso fuera a elevarte. Lo único que verdaderamente desluce es el odio gratuito disfrazado de opinión”, dijo con firmeza.
Y remató fuerte pero con gracia: “Me da pena lo que eso dice de ti como hombre cuando hablas así de unos gays.”
A pesar de la tensión, Kenny no negó el talento de Ultrack como comunicador, y hasta le reconoció su capacidad de conectar con el público. “Eres un duro, eso no se niega. Pero cada cual da lo que tiene… unos tiran mierda, otros tiramos flores. Si querías provocarme, fallaste. Si querías proyectar tu frustración, lo lograste”, concluyó con diplomacia y puntería quirúrgica.
Y como no podía faltar su toque teatral, cerró con broche de oro usando su personaje Jessica, desbordante de picardía: “¡Sal del closet, Ultralina! ¡Sal! Eres una doña, una señora desagradable… Yo sé que ese gallo pone huevos. Bye”.
En una época donde los insultos y la homofobia se viralizan con facilidad, Kenny Robert demostró que el respeto y la seguridad en uno mismo siguen siendo más poderosos que cualquier directa tóxica. Porque al final, como él mismo dijo, la belleza verdadera está en cómo uno camina por la vida.