Un hombre de 41 años, identificado como Daysnel Hernández, fue arrestado el pasado sábado en Miami-Dade tras protagonizar dos hechos violentos y repugnantes que han dejado en shock a la comunidad. El sujeto, de origen cubano y residente del Doral, enfrenta una batería de cargos que incluyen violación, agresión agravada y tentativa de asesinato.
Violación a plena luz del día en Miami-Dade
El primero de estos ataques brutales ocurrió el jueves 3 de julio, cuando, sin el más mínimo reparo, Hernández emboscó a una joven de 28 años que se disponía a salir de su vehículo en un estacionamiento cercano a la avenida 72 del noroeste, en el oeste del condado.
Según reportes de la Oficina del Sheriff de Miami-Dade, el agresor la atacó con una piedra en la cabeza, la amenazó con un destornillador en el cuello y la arrastró hasta una zona apartada. Allí, la mujer fue sometida a golpes, amenazas y violación, todo mientras rogaba por su vida.
El horror no terminó ahí. Hernández la forzó a realizar actos sexuales mientras seguía empuñando el arma, y luego huyó a pie. La víctima quedó con heridas múltiples, contusiones y un trauma físico y psicológico profundo.
La confesión que lo delató
Horas después, el mismo Hernández fue arrestado en Doral por otro hecho violento, y al ser interrogado por las autoridades, confesó sin rodeos haber violado a la joven, confirmando los detalles que ella misma había relatado con valentía.
Fue trasladado al Centro Correccional Turner Guilford Knight, donde permanece bajo custodia. Enfrenta cargos por secuestro, agresión sexual con arma, lesiones graves y uso de arma mortal, entre otros.
Segunda agresión: esta vez en un hotel del Doral
Como si no bastara, al día siguiente, viernes 4 de julio, el sujeto volvió a atacar, esta vez en el Doral Inn & Suites. De acuerdo con la Policía local, agredió físicamente a una trabajadora del hotel, aunque los detalles exactos del incidente todavía están bajo investigación.
Lo que sí se sabe es que los registros judiciales lo vinculan también con cargos por robo con agresión e intento de asesinato en segundo grado, derivados de este segundo hecho.
Ambas investigaciones, llevadas a cabo por la Policía de Doral y la Oficina del Sheriff de Miami-Dade, siguen abiertas. Pero algo es seguro: el historial de violencia de este individuo pinta un perfil sumamente peligroso, y ahora deberá responder ante la justicia por sus actos.
El silencio no puede ser opción
Casos como este estremecen a cualquier comunidad, pero también sirven para recordar la importancia de denunciar, actuar y proteger a las víctimas, que muchas veces tienen miedo o vergüenza de hablar.
Este episodio, lamentable y crudo, es una muestra más del daño que puede causar la impunidad si no se corta a tiempo. Hoy, gracias al coraje de una sobreviviente y al trabajo de la policía, un criminal está tras las rejas, donde debe quedarse.