Después del estremecedor accidente ocurrido en la tarde-noche del sábado, el peaje de Varadero retomó su funcionamiento habitual, aunque el ambiente aún arrastra el peso de la tragedia. El choque, que involucró a un auto particular marca Toyota, terminó en una explosión que le costó la vida a dos personas.
Según informó Roberto Bernal Villena, director provincial de Transporte en Matanzas, desde las 10:30 p.m. del mismo sábado se restableció el paso por la vía, gracias al rápido trabajo de recuperación liderado por técnicos de la empresa Arentur Varadero. La escena fue despejada en tiempo récord, pero las secuelas emocionales siguen presentes.
“Hoy ya todo fluye normal por el peaje”, explicó Bernal, aunque aclaró que una de las barreras electrónicas todavía presenta fallos en el sistema eléctrico y se encuentra fuera de servicio. El resto del sistema opera como de costumbre, con el cobro estándar de entrada al principal polo turístico del país: 40 pesos para vehículos ligeros y 80 pesos para los de mayor porte.
Un accidente brutal y una explosión que sacudió el lugar
De acuerdo con medios oficialistas, como Cubadebate, el vehículo involucrado venía a alta velocidad desde Varadero en dirección a Matanzas, cuando impactó de frente contra el cabezote de concreto que protege las cabinas del peaje.
El choque fue de tal magnitud que el auto salió disparado por los aires, se partió en dos al caer y una de las mitades terminó envuelta en llamas, provocando una explosión que fue visible desde varios puntos de la zona. Una escena de película de acción, pero con un final real y doloroso.
Dos vidas perdidas en el acto
Ángel Raúl Reyes Fernández, director de la estación de peaje, confirmó que los dos ocupantes del vehículo murieron en el lugar del impacto. Aunque el siniestro fue extremadamente violento, milagrosamente no hubo más víctimas, ni entre los trabajadores del peaje ni entre otros conductores.
Los equipos del Cuerpo de Bomberos, el Ministerio del Interior y técnicos de Arentur actuaron con rapidez para sofocar el incendio y retirar los escombros. El área fue limpiada durante la noche para restablecer el tránsito lo antes posible.
Aunque el tráfico ya fluye como si nada, la memoria del accidente sigue viva en quienes lo presenciaron. La tragedia dejó una marca imborrable en el asfalto… y en la conciencia de todos los que pasaron por allí ese día.